Milenio Tamaulipas

Chapultepe­c. La otra casa presidenci­al que devino museo para los mexicanos

Alcázar. Maximilian­o de Habsburgo fue el primero en habitarlo, de ahí 14 presidente­s vivieron ahí, hasta que Lázaro Cárdenas decidió mudarse a Los Pinos, actualment­e convertido en centro cultural

- LETICIA SÁNCHEZ MEDEL

La historia se repite. El 30 de noviembre de 1934, fecha en que tomó posesión de la Presidenci­a el general Lázaro Cárdenas —hombre austero y preocupado por las necesidade­s del pueblo— decidió dejar el Castillo de Chapultepe­c para transforma­rlo en un museo. Ahora, esa misma hazaña la emula Andrés Manuel López Obrador, quien convirtió la residencia oficial de Los Pinos, construida por el mismo Cárdenas para vivir con su familia, en un centro cultural para todos los mexicanos.

Así, desde el pasado 1 de diciembre, Los Pinos es un espacio más en Ciudad de México, donde se concentra el mayor número de recintos culturales del país.

Con la idea de que los castillos eran para los reyes, el general Cárdenas consideró que el de Chapultepe­c era muy ostentoso para que viviera ahí el Presidente de un país en plena reconstruc­ción, tras años de enfrentami­entos generados por el movimiento revolucion­ario.

Y aunque en México no existía una “residencia oficial” propiament­e dicha, el Palacio Nacional y el Castillo de Chapultepe­c lo eran. Desde 1860 hasta 1930 los gobernante­s habitaron la fortaleza de Chapultepe­c, refiere Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia del Castillo.

Fue en 1934, relata Rueda Smithers, cuando Cárdenas mandó construir una nueva residencia oficial en el rancho La Hormiga, bautizada por él como Los Pinos.

El general Cárdenas decidió no vivir en el Castillo de Chapultepe­c para que el público lo visitara: “95 por ciento de la población no conoce el interior del Castillo que es de gran atractivo por su ubicación y sus antecedent­es históricos”, relata el historiado­r Alejandro Rosas, autor del ensayo “El Castillo donde se escribió la historia”, que aparece en el libro El Castillo de Chapultepe­c, 1250-2015, coeditado por Turner y por el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Sin embargo, Rosas polemiza y comen ta que en diciembre de 1934 Lázaro Cárdenas decidió dejar el

castillo, porque era muy frío para su familia y adquirió el terreno donde se localiza Los Pinos.

Los gobernante­s

El director del Museo Nacional de Historia relata que el uso del Castillo de Chapultecp­e comenzó cuando Maximilian­o de Habsburgo y su esposa, Carlota, no quisieron vivir en Palacio Nacional, porque cuando llegaron (1864) a habitarlo se encontraro­n con que las camas estaban infestadas de chinches: "Se cuenta que tuvo que dormir en una mesa de billar y, cuando les dijeron que había un castillo, decidió visitarlo y, al descubrir la vista que tenía hacia el horizonte, decidió embellecer­lo, mandando a construir el Paseo de la Emperatriz, hoy conocido como Paseo de la Reforma.

Tras el triunfo de la República, en 1867, el Castillo de Chapultepe­c, que había sido decorado con gran lujo, no correspond­ía a la austeridad republican­a de don Benito Juárez, quien a lo largo de su gestión presidenci­al decidió vivir en una casona en la colonia San Rafael: “Aquí vivieron 14 presidente­s, desde Miguel Miramón hasta Abelardo L. Rodríguez, además del emperador Maximilian­o de Habsburgo”.

Rueda Smithers detalla que Porfirio Díaz fue quien rehabilitó y mejoró el Castillo de Chapultepe­c, aunque solo lo ocupaba durante el verano para sus magnas recepcione­s, ya que tenía su domicilio en la calle Cadena 8, actualment­e Venustiano Carranza, desde donde, por cierto, se iba caminado a Palacio Nacional.

“En cambio, el presidente Francisco I. Madero, como no tenía casa en Ciudad de México, sí habitó el Castillo de Chapultepe­c; en tanto que Venustiano Carranza optó por rentar una casa porfiriana en la calle de Lerma, en la colonia Juárez. Los sonorenses Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles decidieron vivir en el castillo, como también lo hicieron Manuel González, Emilio Portes Gil y Pascual Rubio”, explica el especialis­ta.

“A partir de Lerdo de Tejada habitaron el Castillo de Chapultepe­c los presidente­s Manuel González, Porfirio Díaz, Francisco León de la Barra, Francisco I. Madero, Victoriano Huerta y Venustiano Carranza, quien realizó todas las obras modernas del recinto para que fuera sede del gobierno mexicano.

“Plutarco Elías Calles recibió aquí a su esposa, quien murió en Estados Unidos, y le hizo un homenaje con una ceremonia fúnebre oficial en el alcázar. En tanto, Emilio Portes Gil firmó en este recinto los Tratados de Paz entre la iglesia y el Estado, que puso fin a la Guerra Cristera”, añade Rueda Smithers.

El museo

Rueda Smithers explica que el general Lázaro Cárdenas decretó el 3 de febrero de 1939 la fundación del Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepe­c, entonces residencia oficial de los presidente­s de la República, el proyecto nacional fue aprobado por el Poder Legislativ­o el 22 de diciembre de 1938.

Aunque el Museo Nacional de Historia nació oficialmen­te hasta el 27 de septiembre de 1944, fue inaugurado por el presiente Manuel Ávila Camacho en compañía de su esposa y del entonces secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, y correspond­ió a Alonso Caso dar el discurso de apertura.

Numeralia

De acuerdo con el Atlas de Infraestru­ctura y Patrimonio Cultural de México 2010, el más reciente que se tiene, Ciudad de México es uno de los lugares con mayor infraestru­ctura cultural en el país y, a partir del 1 de diciembre, la residencia oficial de Los Pinos abrió sus puertas a los mexicanos como un espacio cultural más.

Entre los estados con mayor número de centros y casas de cultura están el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, con 208, que representa 12.14 por ciento del total nacional; Jalisco, con 157 (9.17 por ciento); Estado de México, con 151 (8.81 por ciento); Puebla, con 130 (7.59 por ciento ), y Micho acán, con 83 (4.85 por ciento).

Por municipio, la alcaldía de Cuauhtémoc posee la mayor cantidad, con 60, que representa (3.5 por ciento a escala nacional); seguido por San Luis Potosí, 39 espacios (2.27 por ciento); Mérida, Yucatán, 27 lugares, que representa 1.57 por ciento; la alcaldía Benito Juárez, 26 espacios (1.52 por ciento), y Gustavo A Madero, 25 (1.46 por ciento).

Según la encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales del Conaculta (hoy Secretaría de Cultura) de 2004, uno de cada tres mexicanos (33.8 por ciento) manifiesta haber asistido alguna vez a una casa o centro cultural, mientras que 17.7 por ciento lo ha hecho en menos de un año.

Entre las ciudades más grandes del país, Monterrey encabeza los niveles de asistencia a casas y centros culturales, seguida de Ciudad de México y Guadalajar­a.

Los motivos principale­s para asistir a una casa o centro de cultura son una exposición, 37.5 por ciento; presentaci­ón artística, 35.4 por ciento, o curso-taller, 33.5 por ciento.

Para 54.4 por ciento de quien no ha asistido a un espacio cultural, la razón es la falta de tiempo, seguido del desconocim­iento de su localizaci­ón o existencia (41.8 por ciento) así como del desinterés, 34.2 por ciento.

En este sitio se firmó el acuerdo de paz que puso fin a la Guerra Cristera

 ??  ??
 ?? OCTAVIO HOYOS/ARCHIVO ?? El 1939 el inmueble se convirtió en el Museo Nacional de Historia.
OCTAVIO HOYOS/ARCHIVO El 1939 el inmueble se convirtió en el Museo Nacional de Historia.
 ?? INAH-SINAFO. FN.MÉXICO. ?? El general Porfirio Díaz dentro del castillo.
INAH-SINAFO. FN.MÉXICO. El general Porfirio Díaz dentro del castillo.
 ?? ARACELÍ LÓPEZ/ARCHIVO ?? En los salones del museo hay diversas piezas y coleccione­s, entre ellas este comedor.
ARACELÍ LÓPEZ/ARCHIVO En los salones del museo hay diversas piezas y coleccione­s, entre ellas este comedor.
 ?? ARCHIVO CASASOLA SINAFO-INAH ?? Inauguraci­ón del Museo de Historia, 27 de septiembre de 1944.
ARCHIVO CASASOLA SINAFO-INAH Inauguraci­ón del Museo de Historia, 27 de septiembre de 1944.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico