Déficit democrático
Con las iniciativas de Morena y el PRI en el Senado, amagando con la reducción del financiamiento público, el INE aplicó la fórmula vigente en el artículo 41 de la Carta Magna, para distribuir una bolsa de 4 mil 965 millones 828 mil pesos entre los partidos políticos durante el 2019.
Para evitar que los partidos y sus candidatos queden capturados por intereses económicos ilícitos y en abono de la rendición de cuentas, debe predominar el financiamiento público sobre el privado.
Que desde mi óptica no es oneroso: la bolsa representa el 0.08% del PEF 2019, es decir, apenas 8 centavos de cada 100 pesos del gasto total se destinan para el mantenimiento de los pilares que sostienen a nuestra democracia y permiten a los ciudadanos el acceso al poder.
El 27 de septiembre de 2018, el líder de la bancada de Morena Ricardo Monreal Ávila presentó iniciativa de reforma al artículo 41 constitucional, con el objeto de reducir el financiamiento público en un 50%. Con propósito similar Claudia Ruiz Massieu y Miguel Osorio Chong presentaron la reforma constitucional del PRI el pasado 31 de octubre.
Mientras se aprueba, el Consejo General del INE distribuyó la bolsa de morlacos para el 2019, reflejando la nueva correlación de fuerzas surgidas de la pasada elección presidencial.
Si en 2015, al estrenar su registro como partido, Morena recibió 120.8 millones de pesos, que representó el 2.26% de la bolsa total, en el 2019 recibirá el 32.8% del financiamiento (1,628 millones).
Disminuida su cosecha, el PRI recibe 849.3 millones de pesos que representan el 17% del total. Abajo de los 1,376 millones de 2015 (25.7%). Para el PAN son 900.8 millones (18.14%), por 1,157 millones de 2015 (21.6%). Mientras que el PRD recibe 422.5 millones (8.5%) por 886 de 2015 (16.5%).
Más allá de las metas cuantificadas en votos, todos los partidos tienen un par de compromisos atados con el futuro político del país: recuperar la confianza que la sociedad les ha retirado y contribuir a revalorar el aprecio y la satisfacción de los mexicanos en la democracia, como el mejor sistema en donde habitar.Un déficit preocupante que merma la salud de nuestra democracia.
Debe predominar el financiamiento público sobre el privado