Editorial. Celebra Páginas de espuma sus dos décadas
Hemos asistido al crecimiento del cuento y a una mayor sensibilidad en el género: Casamayor
Dedicar ya casi 20 años a la publicación de cuento, protagonista de una política editorial, no ha sido nada sencillo para Juan Casamayor, uno de los creadores de Páginas de espuma —en 1999 junto a Encarnación Molina—, pero ello no lo ha hecho cambiar la idea de mantener al género como la bandera del sello y “en ningún momento hemos temblado con eso.
“Ni loco publicaría novelas, no me sentiría cómodo ni serían para el espacio creado por la editorial. Retos hay, por supuesto, sobre todo mantener el equilibrio del catálogo, donde podamos editar a los clásicos”, dice en entrevista con M2 uno de los editores emblemáticos de la industria edito- rial en lengua española, quien sin embargo reconoce la importancia de la novela.
“No me engaño, el género rey es la novela, la que tiene una mayor aceptaciónymayorimpactoconel lector, pero es verdad que hemos asistido al crecimiento del cuento yhayunasensibilidadeditorialcada vez mayor en torno al género”, de lo que se ha valido el madrileño, quien apenas en 2017 recibiera el Homenaje al Mérito Editorial, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Así han transcurrido esas dos décadas de esfuerzo, que van a celebrar a lo largo de 2019, alrededor de un género como el cuento, desdeñado por los grandes grupos, según el lugar común, si bien Casamayor está convencido de que más allá de la forma, vivimos un tiempo en que vender libros es cada vez más difícil, “como vender periódicos.
“Estamos en un momento de cambio de paradigma y la lectura es un ocio que compite con otro tipodeociosyhemosrestadodemasiadas horas al día entretenidos en otras cosas… el cuento tiene un estigma: no vende, por eso el reto tiene que ser, sin perder el equilibrio de la editorial, darle voz a todos estos autores y escritoras, subrayo lo de escritoras, porque vivimos un momento extraordinario con ellas”.
Van por más
Una de las apuestas primordiales de Casamayor y Molina no solo se encuentra en los nuevos cuentistas, sino en la recuperación de algunos de sus autores clásicos.
“No se trata de crear una biblioteca de cuentos completos acorde a fechas, sino de cubrir un espectro de escritores importantes, quienes destacaron por su labor en el género. Un criterio fundamental es que, sin importar si fueron novelistas o ensayistas, también sus cuentos sean importantes”.