Crítica a Bird Box de Netflix
Amo a Netflix porque siempre, entre Navidad y principios de enero, estrena un montón de cosas extraordinarias. El problema es que como se trata de días de fiesta, la mayoría de los periodistas especializados no las podemos cubrir porque estamos haciendo resúmenes y colaboraciones especiales. Dígame, por favor, que usted también vio, en diciembre, la película A ciegas (Bird Box) que este importante sistema de distribución de contenidos en línea le regaló a sus suscriptores.
¿No se le hizo maravillosa? A mí me encantó porque, más que una película, se me hizo el principio de una saga tipo 12 horas para sobrevivir (The Purge), Annabelle o El conjuro (The Conjuring). ¿A poco no le pareció obvio que después de esto van a venir dos o tres secuelas, una precuela y hasta una serie de televisión?
¿Y? ¿Qué tiene esto de importante? Mucho porque la nota no es que Netflix haya hecho una película con Sandra Bullock, la nota esqueNetflix,ademásdehacertodo lo que ha hecho con la industria cinematográfica internacional, ahora también le está entrando a la creación de sagas. ¡Y hay una diferenciamonumentalentreloque es una saga y lo que es una serie de televisión! ¿Pero qué es Bird Box? ¿Qué le puedo decir de ella sin venderle trama? ¿Qué es lo interesante de este concepto?
Bird Box es un cuento de hadas del siglo XXI. No sé si usted lo sepa pero lo que conocemos como cuentos de hadas son historias menos bonitas de lo que nos han dicho que fueron escritas para decir cosas importantes en momentos muy específicos de la historia de la humanidad.
Y todas están llenas de elementos simbólicos, desde la manzana del pecado, la de Adán y Eva, de Blanca Nieves hasta la violencia sexual que se esconde en el lobo que acosa a Caperucita Roja. Bird Box va por el mismo lado, es una historia que nos habla de lo bajo que hemos caído como especie, de cómo el retorno a la inocencia es lo único que nos puede salvar.
Y tiene poderosísimos elementos simbólicos que alimentan nuestra alma aunque no nos detengamos a analizarlos, como esos pájaros cautivos que representan