Ah, y una cosa más sobre
Generalmente, cuando hay nominados mexicanos en el Oscar, y es mucho más seguido que no últimamente, el interés de nuestra gente se incrementa en la ceremonia. Es naturaleza humana, como irle a tu equipo de futbol, como si sus éxitos, entrenamientos y goles tuvieran que ver directamente contigo. Así llevamos varios felices años en el Oscar, preguntándonos siempre por qué hay mexicanos que sí pueden, pero solo si salen de aquí. Y ganan cuando cuentan historias del espacio, de la fama e identidad perdida en Hollywood o de un ser marino capaz de amar como los humanos deberíamos. Todos temas universales, de alguna manera.
Pero ahora, que cada día hay una nueva nominación o premio para Roma de Alfonso Cuarón, tal vez nos empezamos a acostumbrar a este hermoso fenómeno y quizá no deberíamos. Lo digo porque después de tanto festival, Globo de Oro y lo que quieran, yo sí me detengo en lo que ya llamo en la tele “su gustada sección de lo que ganó Cuarón hoy” para maravillarme con lo que ahora ocurrió con los premios Bafta.
Y es que los británicos son eso. MUY británicos. Tanto, que muchas veces solo por demostrarlo se deciden desligar del resto de Europa. Tanto que hay un orgullo muy particular por su comprensión del mundo y tienden a favorecer cintas con temas de peso del cine mas histórico. Y si examinamos su historia, no en balde The Favourite (que realmente sí vale la pena) tiene 12 nominaciones y habla de los últimos tiempos de la reina Ana de Inglaterra (y Escocia) de una manera muy particular. Creo que esa cinta merece su propio espacio y atención particular. Pero volviendo a Roma, uno de sus grandes méritos ha sido que en tantos lugares lejanos a la realidad y tiempo de Roma (en México para los aún despistados) haya semejante amor y empatía por la película.
Sobre todo, porque, como toda gran obra de arte resuena de manera universal cuando está así de bien hecha. Así que, regresando a la diferencia de esta cinta a las otras grandes ganadoras de los directores mexicanos, creo que es maravilloso celebrar que nuestro equipo calificó a tantos campeonatos. Nadie lo merece más que Cuarón. Pero que lo haya hecho contando historias que en Inglaterra jamás han vivido, que tienen que ver todo con nosotros y nuestro país, y nuestras indescriptibles bellezas y nuestras tremendas fallas. ¡Eso es algo digno de celebrar casi como si fuera propio!
Es curioso pensar que una cinta sobre una mujer que murió en 1714, tenga infinitas más referencias en el arte y particularmente en el cine, que cualquier cosa que pudo haber ocurrido en nuestro país hace cuatro
cine._ décadas y media. Incluso para nosotros. Así que una cintacomoRoma, ganeono,tieneesehermosohecho quenohabíamosvistoantes.EsMéxico,oalmenosun mexicano, tomando las riendas de la narrativa histórica de un cachito de nuestra realidad, que la gente sí va a recordar. Es una de las bellezas del
Toda gran obra de arte resuena de manera universal cuando está bien hecha