Milenio Tamaulipas

Robar a Pemex es más redituable que ser zeta

“Mientras siga pasando gasolina por los tubos, va a seguir este negocio”, sentencia un sujeto dedicado al robo de combustibl­e, quien además relata a detalle la forma en que surgieron y operan estas bandas

- DIEGO ENRIQUE OSORNO

Un antiguo miembro de Los Zetas del norte de México se convirtió en los últimos seis años en huachicole­ro del centro del país. De ser soldado del narcotráfi­co pasó a ser un obrero especializ­ado en una actividad ilegal que requiere tantas habilidade­s mafiosas como de ingeniería y donde el término

huachicol forma parte de una jerga más amplia, con palabras igual de claves como La Niña, La Diabla, Los Halcones y Las Palomas. Entrevisté hace tiempo a este pionero del boyante negocio del

huachicol para un documental en el que se relatan los detalles de una problemáti­ca combatida como nunca antes por el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Para seguir dándome su testimonio, el huachicole­ro pidió preservar su anonimato, aunque aceptó que se mencione su edad (30 años) y su región de origen (el noreste del país).

“Trabajé con Los Zetas en el norte. Cuando me fui pa’l centro [cuando dice centro siempre se refiere a Puebla, Estado de México,Veracruz, Hidalgo, Querétaro y Guanajuato] empecé a conocer lo de la ordeña. Hubo un amigo que me invitó a trabajar con él y ahí empezó a explicarme lo que pasaba. Empecé a comparar las cosas: andar con la delincuenc­ia o andar robándole a Pemex, y se me hizo más seguro agarrar dinero de donde estaban los ductos, ya que era mejor pagado y tenías más tiempo de andar libre en la calle”.

¿Cuál fue tu primera vez?

Por ahí de 2012 o 2013 vino una persona del centro al norte a reclutar gente para trabajar en la ordeña de gasolina, como se conoce. Nos dijo cuánto nos iban a pagar por pipa que sacáramos. Por cada pipa nos pagaban 4 mil pesos, según los que fuéramos. Aparte nos daban para el hotel y pa’ la comida y nos hacían una fiesta cada 15 días.

En el centro había otro grupo de personas que eran los que estaban especializ­ados en la línea del ducto. Cuando llegamos estas personas nos explicaron cada paso y cada procedimie­nto: la fun- ción de cada persona, qué teníamos que hacer, así como también el halconeo que había que hacer para cuando se arrimaran las autoridade­s locales y federales.

¿Qué es lo primero que hacían?

Lo primero era buscar un lugar seguro, que estuviera escondido y por donde pasara el tubo. Algo como el rancho de alguien, una propiedad privada. Íbamos con esa persona y le dábamos dinero también, a cambio de que nos dejara trabajar en su propiedad. De día nos dormíamos, de noche era cuando más se puede trabajar, porque así no hay tanta circulació­n de autos, no había tanta gente, tanta movilizaci­ón.

¿Cómo la vendían?

Al principio, cuando no teníamos tantos clientes era cuando nos cambiábamo­s de ciudad o empezábamo­s a trabajar en otra parte, donde no estaba muy conocido lo de los ductos de Pemex. Ahí empezábamo­s a encontrar personas que, por medio de conocidos, ya nos decían: “No, guíate con este, maneja con aquel” y sácabamos una pipa de 20 mil litros y nos decían: “No, es que no tengo quien te compre tanto” y nos empezaban a decir: “Este quiere cinco, el otro quiere 10, este quiere otros cinco” y así ya nos íbamos deshaciend­o poco a poco de la gasolina.

A veces nos parábamos en un solo lugar, en un rancho y escondíamo­s ahí la pipa e iban los clientes por su pedido. Teníamos una camioneta con unos tanques y ya con esos tanques los hacíamos llegar a las personas que querían.

¿Qué usan para la ordeña?

Necesitába­mos unos cuantos fierros y sobre todo a La Niña.

¿Qué es La Niña?

La Niña es el aparato principal que sirve para perforar el ducto de Pemex. El ducto es grueso y cada uno viene con unos números para identifica­r cuando es de gasolina o diésel. Unos especialis­tas nos pasan esos números y ya podemos checar cuál se debe ordeñar.

La Niña son dos varillas —que parecen chonguitos— en medio de las que va un tubo grueso donde ponemos un fierro. En medio del fierro va como una broca grande que se solda con un tubo que mide más o menos un metro y medio. Ya cuando la ponemos en el tubo soldamos dos varillas de cada lado y en medio va la broca. Ya con la broca empezamos a darle vuelo y se va perforando según el tubo.

Ya cuando se perfora a mero abajo va un tubo, que va como una válvula soldada. Con esa válvula empiezas a perforar. Sacas la varilla y empiezas a cerrar la válvula. Para hacer una perforació­n, necesitas entre 20 y 40 minutos, según el tiempo y el equipo que tengas. También tienes que rentar una planta grande de luz para soldar. Al momento de soldar se hace mucho ruido, por eso trabajamos de noche para que no sospeche la gente cuando estamos trabajando.

¿Qué otro instrument­o es importante para la ordeña?

Ahí lo que viene siendo es la válvula. Tenemos que hacerlas nosotros y al momento deponerlas en el tubo,sol damos alrededor. Una vez ya soldada se mete y al lado se soldan las varillitas y en medio va la broca. La broca abre un orificio y ya cuando salta el diésel sacas la tuerca, cierras la válvula y al momento de cerrar ya queda listo el tubo.

Pa’l tubo se necesita una varilla especial. Haces una varilla delgadita que mide dos metros. Con esa vas buscando tú en la tierra, la vas metiendo con un mazo por donde van las líneas de Pemex, sobre todo ahí donde están esas señales de “No excavar”. Mucha gente de la zona suele saber dónde pasa el tubo, aunque Pemex lo que hace es que lo mete en curvas. Como va curveando, entonces no sabes si los tubos van a dos metros del poste o a dos metros para acá del poste que dice “No excavar”.

Una vez localizado el tubo tienes que llevarte unos costales donde echas la tierra que excavas. Al momento de hacer la válvula, hacer el piquete, tienes que tapar igual con los costales y echar de vuelta la tierra. Dejar todo normal para que no vean donde se hizo el

“Ya una vez comprándol­a (la gasolina), después ya es de a fuerzas que te la tienen que comprar”

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ESPECIAL Cuenta que para hacer una perforació­n se necesitan entre 20 y 40 minutos, según el equipo.

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