AMLO neoliberal
López Obrador considera que los padres de familia son los más indicados para determinar lo que está en el mejor interés de sus hijos y que hay que empoderarlos con recursos públicos para que tomen las decisiones que juzguen apropiadas. Esto fue evidente en su reciente iniciativa de retirarle financiamiento a las estancias infantiles para dárselo directamente a los padres de los niños. La medida, anunciada como una propuesta anti-neoliberal, es precisamente lo opuesto.
De acuerdo con el Presidente, las estancias infantiles están plagadas de irregularidades por lo que decidió retirarles el financiamiento gubernamental para entregárselo a los padres de manera directa para gastarlo como quieran. “Que los padres asuman su responsabilidad y que ellos decidan libremente”, dijo. Ahora que AMLO les dio poder a los padres de familia en educación temprana, la extensión natural de esta postura ideológica sería hacer lo propio en educación primaria, secundaria y superior.
Si las estancias infantiles sufren de irregularidades, el sistema de educación pública está infestado de ellas. ¿Por qué no darle el dinero que le cuesta al gobierno educar a un niño o a un joven en una escuela o en una universidad pública para que los padres lo gasten en una institución docente privada si así lo consideran apropiado? ¿Por qué no saltarse las “instituciones” como propuso el Presidente con las guarderías? El principio es el mismo.
Resulta que este tipo de medidas han sido impulsadas desde hace décadas por economistas neoliberales. De hecho, Milton Friedman, uno de los padres del neoliberalismo, fue quien primero las propuso. Friedman sugirió otorgarles a los padres de familia un vale con una cantidad determinada de dinero (un voucher) que podrían utilizar para meter a sus hijos en la escuela privada de su elección, si así lo consideraban conveniente. El valor del voucher sería el mismo que el costo para el gobierno de financiar la educación del niño (o joven) en el sistema de educación pública. En otras palabras, un concepto muy similar al que está proponiendo López Obrador para las estancias infantiles. El respaldo ideológico es el mismo: el empoderamiento de los padres de familia para tomar las decisiones de sus hijos y la eliminación de intermediarios. (Por cierto, el de las guarderías no es el único programa en el que AMLO ha abogado por la participación directa de los involucrados).
Atrás de la medida anunciada por el presidente existe además un fundamente inherente de competencia, otro estandarte del neoliberalismo. El darles el dinero a los padres de familia obliga a las guarderías a competir por los recursos. Si hacen un buen trabajo, entonces es probable que los padres dejen a sus niños ahí. De lo contrario, buscarán otras alternativas. Una dosis de competencia les haría bien a muchas otras áreas donde opera el gobierno.