La Máquina hace el ridículo
Copa Mx. A Cruz Azul le bastaba con el empate, pero perdió ante Alebrijes y fue echado de la Copa de la que era campeón
Cuando Renato Josué Román recibió la pelota sin marca en el área, muchos ya sabían lo que sucedería… el mediocampista hizo efectivos los fantasmas celestes y con su gol echó a La Máquina de la Copa Mx. Sí, el mal eterno de Cruz Azul se hizo presente de nueva cuenta y ahora ha desatado la crisis en el proyecto de Pedro Caixinha.
Porque lo que sucedió anoche en el torneo copero es un ridículo muy grande para el equipo, que llegaba con todo para certificar su boleto a los octavos de final. El grupo tan flojo del que fue parte le permitía sobrevivir con el empate, pero ni eso fue capaz de conseguir este equipo que no camina en este semestre, y para acabarla se topó a un Alebrijes muy bravo y con convicción, que supo espera el error.
Y así sucedió. Alebrijes tuvo dos claras y una la metió. El triunfo por la mínima diferencia fue suficiente para que el cuadro oaxaqueño eliminara al vigente monarca que, sencillamente, no pudo defender con decoro su corona y se va por la puerta de atrás.
Y ahora, los focos rojos se han encendido en el seno celeste. Tan acostumbrado a las malas rachas en estos últimos años, que ya no es de extrañarse; es más, esta realidad tal vez indica que lo vivido hace un semestre fue lo atípico y no lo de ahora. Es más, en este semestre la dupla Caixinha-Peláez afrontan por completo todo lo que representa Cruz Azul, incluyendo todos sus males.
Dominio infructuoso
Cruz Azul trató de alejar cualquier tipo de nerviosismo. Fue ofensivo, pero carente de contundencia, el mal que lo ha marcado todo este semestre. Primero la tuvo Pablo Aguilar, pero su remate se fue desviado, luego Alebrijes con un tiro lejano al que respondió Guillermo Allison, recorriendo bien hacia atrás para mandar a tiro de esquina. Una llegada por bando, aunque el partido le pertenecía a La Máquina.
Minutos después apareció Elías Hernández con un disparo, pero sin fortuna para concretar. Así se fue al descanso, con el boleto aún en las manos, pero jugando con la suerte que no suele ser benevolente con este club.
Y así fue. La Máquina llegaba y llegaba para tratar de sellar su pase a los octavos de final, pero el gol no caía. Orbelín Pineda apareció y su remate se fue para el travesaño. Así transcurría el partido y el conjunto celeste no podía abrir el marcador. Empezaban los malos presagios que suelen acompañar a Cruz Azul.
La misma historia
Y es que esta historia se ha repetido hasta el cansancio. Cuando Cruz Azul no mata, cuando perdona, suele ser castigado. Así se han labrado sus derrotas en los últimos años.
Ante la incapacidad de abrir el marcador, Pedro Caixinha empezó a mover su banca, primero con Édgar Méndez en lugar de Rafael Baca, pero pronto tuvo que meter todo el arsenal ofensivo con el que contaba. Y es que al minuto 67, en un contragolpe Alebrijes se puso en ventaja.
A La Máquina la agarraron mal parada, lo que provocó que Renato recibiera sin marca en el área; el mediocampista sacó un zurdazo que superó la estirada de Guillermo Allison. Gol en contra, eliminación en puerta, nerviosismo a tope y todos los fantasmas sueltos en el estadio Azteca.
La Máquina trató de eludir su destino. Caixinha mandó a Milton Caraglio y Jonathan Rodríguez, y arrinconó a Alebrijes; centros y centros, tres tiros de esquina a los que se sumó Allison, pero nada; Aguilar la tuvo de último minuto, pero no logró salvar el barco. Cruz Azul lo intentó, lo buscó, pero de nueva cuenta no tuvo fortuna. La historia de un nuevo fracaso terminó por escri-