El regreso de American Gods
Mi serie favorita. Todo el tiempo me preguntan cuál es mi serie favorita. ¿Cómo elegir entre tantas maravillas? ¿Serie favorita de qué? ¿De televisión abierta, de los cables y las antenas directas al hogar, de las nuevas plataformasodelasredessociales?Es injusto. ¿Cuál es mi serie favorita? Lepodríaescribirunalistade50títulos, reducirla, aumentarla.
Pero en esa lista, definitivamente, siempre aparecería American Gods, una producción de la casa Starz (Spartacus: Blood and Sand) distribuida en México por Amazon Prime Video.
American Gods es uno de mis mejores orgasmos, una serie de hoy para las audiencias de hoy, un deleite, una provocación. Me encanta porque dice cosas, porque muevecosas,perotambiénporque es apasionante, emocionante, inteligente, escalofriante, divertida y porquetodalapartedeproducción es de una excelencia que da gusto ver en la pantalla. ¿Por qué le estoy escribiendo este lunes de esto y no de alguna de las otras notas de hay en la fuente de televisión?
Porquehoyseestrenalatemporada dos de esta joya en Amazon Prime Video y le quiero rogar que no se pierda este acontecimiento que, de tan cotizado, nos llegará a un ritmo de un capítulo por semana como Game of Thrones o Luis Miguel, la serie.
En el remoto caso de que usted no conozca American Gods, sí le recomiendo que la mire desde el principio, pero por favor permítame ponerlo en antecedentes para que entienda el tamaño de show del que estamos hablando. Imagínese que todos los dioses de las civilizaciones antiguas sí hayan existido, que sí hayan sido poderosos y que sigan entre nosotros. Algunos de ellos evolucionaron y gracias a las alianzas que establecieron con entidades como Jesucristo o con los medios de comunicación se convirtieron en Santa Claus o en el conejo del Día de Pascua. Pero otros, no, y obviamente estarían muy resentidos, porque ya nadie les hace caso y eso los podría condenar a la extinción. Y mientras esto sucede con ellos, ¿qué pasa con la humanidad? Pues que ahora adoramos a nuevos dioses como la tecnología, la televisión y la globalización.