Gringotts a las mexicana
Cuando se desató el debate por las comisiones bancarias hubo una pequeña comunión en la eterna guerra entre chairos y fifís: los bancos apestan. No hay nadie, ni siquiera los que trabajan en esas nobles instituciones pueden hablar bien de ellas. Necesitamos de sus servicios, aunque estén basados en el espíritu de las usureras de película de Pepe el Toro, en el Foba proa y La estafa maestra. Eso lo podemos entender y vivimos con ello con cierta resiliencia nada más por la cual le deberían de rebajar algunos puntos porcentuales a nuestras deudas.
Eso sí, lo que no se comprende es por qué los bancos, quede por sí tienen pingües ganancias, no pueden evitar comportarse como los sucios gnomos Scrooge que administran el banco de Gringotts en el universo de Harry Potter. Está bien que en ese negocio de la avaricia tiene que cubrir ciertos estándares pero exageran creando sistemas para atormentar a la clientela.
Por ejemplo, mi santa madre solo tiene una tarjeta de crédito en Banamex a la que recurre en muy contadas ocasiones y cuando lo hace se cerciora de pagar hasta el último centavo “para no pagarle ningún interés a esos cabrones”. No obstante, desde hace unos meses le han venido haciendo cobros de transacciones que, por supuesto, no ha hecho.
Se fue aquejar, a reclamar, y como se trata de un banco con ideas premodernas le indicaron con dudosa amabilidad el camino a seguir para pedir una revisión que es más laberínticae intrincada de esa gran obra de arte llamada Historia del populismo. Bueno, es más fácil lograr que Donald Trump se reconcilie con los demócratas, y una vez que lo logras se tardan años y felices días en responder solo para decirte, sin ofrecer prueba alguna, que yate chingaste. Digo, cualquiera que haya intentando cancelar alguna tarjeta, algún servicio, sabe de que como en la mafia, fácil entrar pero casi imposible salir.
Y, por supuesto, nada más de pensar en volver a hacer esatra mitología salvajepara impugnar el resultado, pues mejor desisten. Claro, ella ya se decidió a no pagarle a Banamex hasta que vengan por ella y la encierren como a Lupita D’Alessio.
Espero que eso no llegue a pasar porque doña Gloria Orquídeales va a armar la de Dioses padre. Será más rudo que la bronca entre Tatiana Clouthier vs Enrique Krauze.
Cancelar alguna tarjeta es como en la mafia, fácil entrar pero casi imposible salir