Otra vez, la CNTE contra la educación
Con la táctica de proclamar la amenaza, que se traduce en extorsión, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación vuelva a las andadas.
A este grupo que ninguna institución, partido o asociación de padres apoya, convirtió en modus operandi el choque de fuerza para lograr sus objetivos desestabilizadores. Ni el Presidente puede con ellos, por la afirmación de que no pertenecen a ningún partido ni los guía ningún líder político o social. Su alcance es tan potente, que incluso se dan el lujo de lanzar alertas tipo militar, que habrá de entenderse como la advertencia de que en el momento que deseen, volverán a bloquear lo que se les ocurra: los accesos a la Cámara de Diputados, una autopista, vías férreas, el aeropuerto, con tal de obtener lo que se les antoje. A veces, hasta caprichos, para mantenerse “activos” .
El plantón que el magisterio disidente levantó el miércoles frente a San Lázaro, es un triunfo del diálogo, para Porfirio Muñoz Ledo. Nuevamente la CNTE consiguió lo que quería. Y así seguirá porque en México “no hay represión” , cuando más bien se trata de aplicar la ley y preservar el orden y la dinámica social.
No hay una reforma educativa aprobada, como lo prometió Mario Delgado al inicio de semana. Solo tenemos el anuncio de que la CNTE participará en el diseño de las leyes secundarías de la Reforma Educativa. Y, también, la amenaza de que, si algo no les gusta, volverán a extorsionar. En lugar de aplicar la normatividad que indican las leyes, se busca desesperadamente “el diálogo”, que es una forma de sumisión de la autoridad ante un grupo detractor de la labor educativa.
La secretaria de Gobernación anunció que “la instrucción del señor Presidente esta mañana fue muy bien vista por ellos —integrantes de la CNTE— en el sentido de que el diálogo permanente es la forma de construir el futuro de la educación de México”. Se pretende –dijo- tener las mejores leyes secundarias siempre con la participación de los maestros y maestras.
En estas circunstancias, no hay manera de que la Reforma Educativa sea discutida sin la aprobación de la Coordinadora.
Parece que la búsqueda de un diálogo con detractores preocupa más al gobierno federal que las consecuencias negativas para los estudiantes. Pobre México, tan lejos de la educación y tan cerca de quienes se dicen “maestros”.
Está la amenaza de que, si algo no les gusta, volverán a extorsionar