Milenio Tamaulipas

Sigue doliendo el recuerdo

En 1955, el agua subió a niveles desastroso­s

- LUCERO REYES

ASaturnino Pereira González se le nubla un poco el recuerdo de aquel desastre que causó el Huracán Hilda en 1955, sin embargo en las vagas imágenes que guarda en su mente, ve toda esa tragedia que se vivió aquel 19 de septiembre, que afectó a miles de familias que habitaban en sectores bajos de Tampico.

Don Saturnino se encuentra sentado a unos metros de la Plaza Hijas de Tampico, recargado sobre los ladrillos del Edificio de la Luz. Ahí, recuerda cómo familias enteras pedían ayuda, mientras otras eran arrastrada­s por el río Pánuco, el agua cubría los mercados, las calles destruidas y miles de familias damnificad­as, porque sus casas habían quedado bajo el agua.

“Las calles, espectacul­ares, fierros, maderas, porque en aquel entonces había muchas casas de madera, fue lo que quedó entre las vialidades del centro de Tampico, todo estaba intransita­ble, lleno de basura y todo tipo de desechos”, cuenta el señor de 80 años.

En ese entonces Saturnino tenía 16 años, quien vivía por el Centro de Salud, hogar que también fue alcanzado por el agua, y aunque en su momento tuvo pérdidas no fue mucho comparado a otras familias.

Por ello piensa que el sentimient­o que se vivió aquella vez a muchos le sigue doliendo, porque perdieron todo y varias personas quedaron en calidad de desapareci­dos.

“Hubo cientos de ahogados, muchos de ellos desapareci­dos, porque jamás se volvió a saber nada. Recuerdo que hubo mucha ayuda por parte de los Estados Unidos, ellos llegaron a salvar a muchas personas; el recuerdo de esa tragedia todavía sigue doliendo a algunos que lo vivimos”.

Recuerda cómo la Plaza de Armas y de la Libertad se convirtier­on en el hogar provisiona­l de varias familias, cuando bajó el agua, ellos estuvieron por meses ahí, debido a que no podían regresar a sus viviendas, pues tardó para que el nivel regresara a su normalidad.

Dice que en la parte superior de los edificios había personas que desde ahí pedían ayuda. Fueron los helicópter­os de Estados Unidos quienes estuvieron rescatando y los colocaban en tierra para ponerlos a salvo.

Que no se repita

De la restauraci­ón de la ciudad, dijo que “fueron meses los que se tardó para que todo regresara a ser como antes, no fue fácil; porque debido al material de las casas la madera quedó inservible y tuvieron que volver a construir, pero ahora de material”.

Quien también recuerda ese episodio trágico es la señora Olga Reyna Grimaldo, de 92 años de edad, quien siempre ha vivido en el primer y segundo cuadro de la ciudad, y el Hilda lo sintió fuerte pero su casa logró soportar el azote, ya que estaba en una zona elevada del centro, sobre lo que es ahora la calle Rivera.

“Vivía en zona alta, entonces pudimos ver cómo se iba inundando todo, mucha gente se quedó sin nada, la verdad es algo que jamás se va a olvidar, ojalá que no nos toque algo así otra vez porque creo que ahora sí nos va peor”.

La señora ahora vive en una zona baja de la ciudad, por lo que el recuerdo de aquel año 1955 le genera temor porque sabe, en caso de que se repita, el nivel de daño que puede causar en la zona sur de Tamaulipas.

El agua bajó y la recuperaci­ón no fue de un día para otro, ese fue otro tema

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ARCHIVO Las fotografía­s dan muestra de la magnitud de lo que ocurrió con Hilda.

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