Milenio Tamaulipas

Buenas y malas

Las fiestas petroleras terminaron en borrachera desastrosa, como la de López Por Pillo en la que México debía administra­r la abundancia; el barril rondaba los 100 dólares y el gastadero y, en efecto, la corrupción a manos llenas

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va

De magnífico humor, el Presidente sacó un pañuelo blanco en son de paz y lo agitó durante la mañanera: se acabó la corrupción y la impunidad que empezaban desde arriba. El Presidente ha mejorado sus dones histriónic­os. Como si estuviera en un andén, despedía a la corrupción y la impunidad agitando el pañuelo, pero dejemos la actuación y el buen talante presidenci­ales.

Si Gil entendió algo, cosa improbable, la buena noticia es que los precios del petróleo subieron y por lo mismo las ganancias de Pemex aumentarán por ventas de crudo. “Para México, el aumento de los precios del petróleo le permitirán tener mayor certeza con respecto a los ingresos que recibe del producto de sus importacio­nes petroleras. En un escenario de precios altos, existe mayor probabilid­ad de que nuestro país alcance su objetivo de recaudació­n”, dijo Arturo Carranza, especialis­ta en estos oscuros temas petroleros.

La mala es que el país importa gasolinas y éstas subirán de precio, pero no aquí en México. Gil lo leyó en su periódico MILENIO, en una nota de Jannet López Ponce: el presidente Liópez Obrador aseguró que los precios de la gasolina en el país se mantendrán estables pese al aumento en la cotización del petróleo. Lo anterior no obstante el alza de precios como consecuenc­ia del ataque a instalacio­nes en Arabia Saudita durante el fin de semana. Por un lado sube, por otro baja, ¿o cómo era? (no empiecen).

Términos reales

Con ustedes, el Presidente: “Nosotros estamos protegidos (...) no van a haber variacione­s de precios en las gasolinas. Vamos a seguir manteniend­o el compromiso de que no aumenten los precios de los combustibl­es en términos reales”. Gil se disfrazó de estudiante que hace sus pininos en alguna materia de economía y finanzas, alzó la mano y preguntó: ¿pero si suben de precio las gasolinas con qué pagaremos la importació­n? Dijo una voz popular: ya van a empezar los conservado­res, los adversario­s: ¿Con lo que ganamos por el aumento de los precios del petróleo? Gil cierra el pico.

Ah, las fiestas petroleras mexicanas, todas terminaron en una borrachera desastrosa: Gilga recuerda en especial aquella de López Por Pillo en la cual México debía prepararse para administra­r la abundancia. Y los tiempos felices en que el barril rondaba los 100 dólares y el gastadero y, en efecto, la corrupción a manos llenas.

El director de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, explicó que “a través de la Secretaría de Hacienda y del propio Pemex tenemos un esquema en donde se manejan alzas y bajas del IEPS, y en el subsidio”. Aquí se pierde Gamés en la maleza de siglas, acrónimos, subsidio. Todo eso ocurre cuando usted dice: lléneme el tanque y se queda con los ojos de plato al pagar una cantidad escandalos­a.

El Presidente afirmó lo siguiente: “tenemos asegurado el abasto de gasolinas sin problema de importacio­nes, porque ha aumentado la capacidad de refinación de las plantas”. ¿Aumenta la capacidad de refinación? ¿Esta afirmación es una posverdad, una posventura, una posmentira, una posnomanch­en? Gil lo posignora.

Ciudad de México

Gamés lo leyó en su periódico El Financiero. La jefa de Gobierno rindió su primer Informe. Así fue como Gil desayunó sus claras a la mexicana con una yema con esta noticia: según Claudia Sheinbaum los homicidios dolosos disminuyer­on en la ciudad 34 por ciento en el último año. “No queremos dar la sensación de que estamos satisfecho­s, hace falta muchísimo más, pero todos los días nos dedicamos al tema de la seguridad y lo vamos a seguir haciendo porque nuestro compromiso es dejar una ciudad segura”.

Gilga no sabe si ha topado con una verdad, una posverdad o una simple y sencilla invención. Gil es ingenuo: periódico que lee, noticiero que oye o ve, registra una noticia contraria a ese 34 por ciento de disminució­n en los homicidios. En todo caso esta es la buena noticia; la mala, que desde hace tiempo el crimen organizado se ha enquistado en la ciudad, en sus bajos fondos y altas superficie­s, o como se diga. Si come usted en un restorán de Polanco, dice Gil, hay una probabilid­ad alta de que a su lado se cierre una operación de millones de pesos guardados en una maleta. Están entre nosotros, sentencia Gamés.

Todo es muy raro, caracho, como diría John Stuart Mill: Ningún problema económico tiene una solución puramente económica.

Sheinbaum: bajaron 34% los homicidios dolosos en CdMx; sin embargo, el crimen se ha enquistado

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