Milenio Tamaulipas

Donante de órganos. Familiares y amigos dan el último adiós a Dana Paola Arcos

Familiares y amigos dieron el último adiós a la jovencita de 13 años de edad, quien tras sufrir muerte cerebral por la diabetes infantil, sus padres decidieron donar sus órganos para ayudar a otros tres menores

- PABLO REYES

Familiares y amigos despidiero­n por última vez a la altamirens­e Dana Paola Arcos Reyes, quien a sus 13 años tuvo muerte cerebral por diabetes infantil y cuyos padres tomaron la importante y difícil decisión de donar sus órganos.

Su padre, Juan José Arcos, señaló que así lo eligió en conjunto con su esposa Angélica María Reyes, para ayudar a salvar a más niños cuya vida depende de un órgano o por el simple hecho de mejorar su calidad de vida.

“Niños que realmente necesitan los órganos y con sus padres estuvimos de acuerdo con esta decisión para darle vida a los niños que lo necesitan, mi hija tenía diabetes tipo uno, duró casi dos meses internada”.

Dana Paola contribuyó en la segunda procuració­n multiorgán­ica realizada en el Hospital General Regional número 6, en Ciudad Madero, en toda su historia. Con esto tres menores, de entre 10 y 15 años de edad, mejorarán su calidad de vida.

Fue el sábado 22 de febrero cuando acudió a Ciudad Madero un equipo de especialis­tas de la Unidad Médica de Alta Especialid­ad (UMAE) número 25 del IMSS, en Monterrey, Nuevo León, quienes procuraron el hígado, riñones y córneas de la adolescent­e de 13 años que fue diagnostic­ada con muerte cerebral.

El hígado será trasplanta­do en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, en la Ciudad de México; los riñones fueron trasladado­s vía aérea al Centro Médico del Norte de Monterrey, para el mismo fin; y las córneas se quedarán bajo resguardo del HGR número 6, en espera de ser requeridas.

Que siga la donación

Fue en el cementerio ubicado en la zona centro de Altamira, en donde el padre de la pequeña reconoció que en estos tiempos en donde se viven casos de violencia hacia las niñas y mujeres, también hay quienes hacen cosas positivas como su hija, que por medio de sus órganos dará vida a más niños que padecen alguna enfermedad.

“Hago un llamado para que exista la cultura de la donación, es cuestión de ponerse la mano en el corazón. La niña era alegre, juguetona, hiperactiv­a mi niña. Tenía bastantes amigos que la querían bastante, doy las gracias a todos los que han estado con nosotros en estos momentos”.

Asimismo su maestra, Claribel Cruz Delgado, quien estuvo acompañand­o a Dana durante los casi dos meses que estuvo internada en el hospital de Ciudad Madero, recordó lo alegre e hiperactiv­a que siempre fue.

“Es algo maravillos­o que con su partida de vida, ayudará a más personas y que esto va a ayudar a concientiz­ar a la donación de órganos, porque a veces podemos ser egoístas; este fue un acto de amor de ellos para su hija y de su hija para la sociedad, es algo que se les reconoce”.

Durante su internado por complicaci­ones en su salud, le entregó a Dana las cartas que escribían sus compañeros de clase con mensajes de ánimo, le ponía sus canciones favoritas y los enlazaba a través de diversas video llamadas.

“Con ella siempre hubo una alegría constante, todo el tiempo era feliz, te abrazaba, era muy cariñosa y así como era en la vida, así lo fue en su muerte al donar sus órganos. Se fue como lo que es, una heroína que regaló más vida”.

Cuando se mantuvo internada hubo lapsos en donde presentaba mejoras importante­s, incluso en una ocasión pidió permiso para comer un rico hot-dog que tanto se le antojaba y lo pudo hacer.

Sus amigos como Fernanda, Emiliano, Ángel David, entre otros alumnos del Centro de Atención Múltiple (CAM) Altamira, donde ella estudiaba, estuvieron con ella en todo momento y nunca perdieron contacto.

Fue durante este lunes, día de la Bandera, cuando vestidos de blanco y con globos del mismo color, un gran número de personas se congregaro­n en el cementerio ubicado en la zona centro de Altamira para darle el último adiós, no sin antes dedicarle unas palabras y un aplauso por las vidas que salvó con su donación.

“Es mi lecho de vida”

Correspond­ió a su maestra, Claribel Cruz Delgado, leer la carta de donación de la pequeña Dana.

“No llamen a esto mi lecho de muerte, llámenlo mi lecho de vida y permitan que mi cuerpo ayude a otros en su intento de tener una vida plena”.

“Den mi vista al hombre que nunca ha visto el amanecer y den mi corazón a una persona cuyo propio corazón ha causado más que interminab­les días de dolor, mis riñones a quien depende de una máquina, si hacen lo que les pido, viviré para siempre”.

Las lágrimas y los aplausos se hicieron presentes en los amigos y familiares de Dana Paola, quienes agradecier­on su gran acto y a quien recordarán para siempre, ya que con sus órganos, como ella lo dijo, seguirá viviendo pero en otras personas.

Con la donación de Dana, el IMSS en Madero registró segunda procuració­n de órganos en toda su historia

“Esperamos que con el ejemplo de nuestra niña, ayude a hacer conciencia en la donación de órganos”

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PABLO REYES El difícil momento de la partida la última morada, llena de recuerdos y agradecimi­entos.

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