“¡Soy el diablo, compadre!”
Luego de ver el lanzamiento fallido de la NASA pensé que habían sido asesorados por los senadores, fundamentalmente panistas, que exigen más y más pruebas, pero no en contra de García Luna Productions, sino de covid-19. No quieren una, no quieren dos, quieren chingomil, cual si fuera panacea, cosa que no ha quedado científicamente comprobada, aunque sí tragan recursos casi al nivel del circo de estafas maestras de Chayito& Friends.
Esto habría tenido más credibilidad si esta oposición no estuviera compuesta por criaturas veleidosas que, sin lugar a duda, exigirían exactamente lo contrario si López-Gatell de pronto dijera que habría que hacer chorro mil pruebas por cada 100 habitantes. Ya los veo a todos estos senadores con su lacónico pero cursi cubrebocas pidiendo a gritos menos pruebas porque se estaría derrochando el patrimonio. Esto se agrava porque traen en calidad degurú aD ante Delgado,al que no vamos a acusar detener una gran credibilidad y que hace vera Los Chuchosper re distas cual estadistas, más cuando trae a su cachorro en MC, el regio Samuel García, que ha protagonizado escándalos de pésimo y arte sano gusto, mientras su esposa, conocida influencer de la zona, hizo negocios turbios con materiales médicos, entre otras maravillas.
Lo más chistoso es que después de que López-Gatell los dejó cual lazo de cochino, en particular al pobre Dante, a los
El regio Samuel García ha protagonizado escándalos de pésimo gusto
opositores no les quedó de otra que salir a jugar a la Neymariña y hacerse las vístimas.
O sea, así no se puede, amigos, dense cuenta, están escupiendo hacia el cielo. Si de verdad quieren incidir en la caída de la cuarta transformeichon van a tener que recurrir a otros líderes que no sean cartuchazos quemados ni de dudosa procedencia. Ahí podrían recuperar aun personaje como Pedro Ferriz de Con, al fin que cualquier di fe rendo lo arregla como el abogado de Lozoya Lozoyita: amenazando con demandar a la menor provocación, pero con la actitud de don Cruz Treviño de la Garza en La oveja negra diciendo “¡Soy el diablo, compadre!”.
No les digo que cuenten hasta 10, como dice la campaña de Gobernación que no sirve para contener la violencia contra las mujeres ni en esta ni en otras pandemias (los energúmenos requieren otros tratamientos, sobre todo judiciales, que les arrebaten la impunidad), pero podrían suscribirse a unas terapias de autoayuda y de superación personal, al ritmo muy kikealfaresco de endéudate, que algo queda.