El comercio de armas ligeras
Pero hay también armas, la gente que controla producción, venta, importación y exportación que favorecen manifestaciones de violencia. O bien , minas que hacen víctimas a miles de personas. Todo esto, es inaceptable; gente que no pertenece a las fuerzas armadas de un estado y las adquiere, debe denunciarse la utilización de niños o adolescentes adiestrados para matar. Todo es un crimen intolerante.
Igualmente el terrorismo forma más brutales de violencia pues siembra muerte deseos de venganza y represalias. Que atacan a muchas personas totalmente inocentes, víctimas casuales que son golpeadas son ton ni son, a ciegas en un conflicto. Habrá que luchar contra el terrorismo y peor aún, una blasfemia proclamarse terrorismo en nombre de Dios.
La Iglesia enseña que una verdadera paz solo es posible mediante el perdón y la reconciliación. Se trata de un recorrido largo y difícil, pero no imposible.
El perdón recíproco no debe anular las exigencias de la justicia ni mucho menos impedir el camino que conduce a la verdad: justicia y verdad representan en cambio los requisitos concretos de la reconciliación.
Habrá que promover el derecho a la paz. La Iglesia lucha por la paz con la oración, inspira sentimientos de respeto, confianza, comprensión, estima y amor.
La celebración eucarística, fuente y cumbre de toda vida cristiana, es un manantial inagotable de una auténtico compromiso cristiano por la paz.
Una jornada mundial por la paz es el día primero de cada civil; celebremos con gran alegría y mucha misericordia.
La Iglesia enseña que una verdadera paz solo es posible mediante el perdón y la reconciliación