El rector Graue, bien
Lo que no hace el gobierno por angas o por mangas, lo empieza a hacer la UNAM por sus jóvenes estudiantes. Mientras el gobierno crea 100 universidades, mjú, el rector tiene que bajar a la realidad, donde al parecer sí hay vida inteligente
Martes 22 de septiembre de 2020. 7:10 am. Un manto oscuro se desvanece con lentitud y poca esperanza. (aigoeeei). Una nota de Arturo Sánchez Jiménez en su periódico La Jornada informa que “con recursos extraordinarios, la Universidad Nacional Autónoma de México puso en marcha un Plan de Emergencia de Apoyo a Estudiantes para facilitar y mejorar las condiciones de aprendizaje de su alumnado, en especial a los de familias con escasos recursos o que se han visto afectados económicamente por la pandemia de covid-19”.
Al fin una buena noticia en tiempos oscuros. El objetivo del Plan de Emergencia, que provocado por la emergencia sanitaria y el ciclo escolar que arrancó el lunes, consiste en dar servicios tecnológicos de manera remota a los jóvenes pobres y enadquiriralrededor de 20 mil tabletas con capacidad de datos incluida, las cuales serán repartidas de manera gradual a la población estudiantil de los diferentes niveles académicos.
Menos mal. El rector Graue ha reaccionado como se debe: con rapidez y fuerza ante un grave problema como el que reseñó en esta página del fondo el día de ayer Gil Gamés. Lo que no hace el gobierno por angas o por mangas, lo empieza a hacer la Universidad por sus jóvenes estudiantes. Mientras el gobierno crea, inventa, fabrica cien universidades, mjú, el rector Graue tiene que bajar a la realidad, donde al parecer si hay vida inteligente.
12:35 pm.
Vean la lectora y el lector lo que es un plan de acción. Puede resultar o no, pero se trata de una respuesta a un problema. El plan contempla que todas las facultades y escuelas de la Universidad, así como los planteles del bachillerato pondrán a disposición de sus alumnas y alumnos la infraestructura de los centros de cómputo existentes, a fin de que puedan acceder a ellos.
Serán instalados siete centros PC Puma de préstamo de tabletas y computadoras en diferentes espacios de la Universidad como el Centro de Exposiciones, el MUCA y la Biblioteca Central del campus; en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco y en las Facultades de Estudios Superiores Acatlán, Zaragoza e Iztacala, con alrededor de un millar de dispositivos conectados a internet.
Una vez que el semáforo epidemiológico esté en amarillo y en tanto se mantenga la contingencia sanitaria, los y las alumnas podrán acudir al Centro PC Puma más cercano a su domicilio.
La Universidad indicó que fortalecerá la red de internet en todas las facultades, escuelas y recintos de la institución. También impulsarán el programa de becas de apoyo económico para evitar la deserción escolar.
“Se mantendrán los cursos de capacitación en línea a nuestro cuerpo docente para mejorar sus capacidades educativas con la tecnología y la educación a distancia”. El doctor Graue y su equipo demuestran que un problema no se arregla encimándole otro problema, sino oponiéndole una posible solución.
2:30 pm.
La hora sagrada. Un vaso corto, dos rocas heladas y un fogonazo de Grey Goose. Lo menos para soportar lo que Gil llama la Meseta Petrificada. Gamés habla de la pandemia de coronavirus en México. De nuevo: 705 mil 263 positivos, 4 mil 683 contagiados, 651 muertes. Y así cada día de nuestra vida. Y mientras, Gilga ve que en los lugares por los que se mueve, no muchos, por cierto, la vida ocurre como si nada hubiera ocurrido. Cierto, muchas personas usan ya el cubreboca, pero si les quita usted la mascarilla el tránsito, los comercios, las calles efervescen (gran verbo). Gil no es Narro, ni Córdova, ni Frenk, ni Chertorivski, pero puede asegurar que la Meseta Petrificada durará un tiempo indeseado. Que las manos de Gil se le hagan chicharrón, pero no hay que ser epidemiólogo para ver el futuro inmediato: viene mal, muy mal, pésimo. Un grito hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ¡¡Ay, mis hijooos, no tenemos remedio!!
Todo es muy raro, caracho, como diría James Russell Lowell: “Si la juventud es un defecto, es un defecto del que nos curamos demasiado pronto”.
No hay que ser epidemiólogo para ver el futuro inmediato: viene mal, muy mal, pésimo