Milenio Tamaulipas

La exigencia máxima que causó la pandemia

- JIMENA RODRÍGUEZ

Djokovic es el mejor de la historia en el aspecto mental, que es vital en un deporte como el tenis

Iba a ser un Wimbledon para la historia y no solo por el regreso con público tras la cancelació­n de 2020 por la pandemia. Este verano, el Big Three está más que nunca en una reñida carrera en la acumulació­n de Grand Slams tras la victoria de Nole en París, pero un apretado calendario rompe con el sueño de aficionado­s de verlos en una de las contadas últimas veces, en el máximo escenario cara a cara.

Dos semanas entre dos Grand Slams que van de un extremo a otro. Pasar de arcilla a pasto se traduce en una exigencia máxima al cuerpo de los tenistas de élite que apuntan a las fases finales en ambos. Por lo mismo, Rafa Nadal, con el objetivo de seguir algunos años más en el circuito, ha escuchado a su cuerpo y ha dicho NO a la catedral del tenis y NO a los Juegos Olímpicos en Tokio. Se puede catalogar como una sabia decisión a sus 35 años, no solo físicament­e, también desde el ángulo deportivo, consideran­do que tiene mayores aspiracion­es de sumar su Grand Slam 21 y desempatar con Federer en el US Open.

Aunado a esto, la fortaleza mental que lo ha caracteriz­ado por años en la arcilla se quebró ante el serbio, y dejó ver durante los cinco torneos que disputó durante los dos meses de temporada de ladrillo, falta de solidez, sobre todo en Montecarlo y Madrid. Su cuerpo ya no reacciona igual, es normal tras revolucion­ar el deporte, hay que dejarlo respirar, algo que no parece necesitar Djokovic, quien está en uno de los mejores niveles de su carrera y aspira a un Golden Grand Slam este 2021. Lo dijo tras ganar el 19º en París “No quiero parar aquí… Los Grand Slams son mi motivación”.

Más claro ni el agua, la clave está en que nunca creyó imposible alcanzarlo­s y ahora está a un paso. Su resistenci­a física es admirable. Es el jugador con más Grand Slams (siete) después de los 30 y seguirá sumando. En lo personal creo que el No. 1 del mundo es ya el mejor de la historia en el aspecto mental, que es crucial en un deporte como el tenis.

Al final, el problema al que se enfrenta Nadal o el mismo Federer, que desde hace unos años selecciona con mucha atención en qué torneos participar más allá de sus operacione­s de rodilla, no es exclusivo del tenis. Sobre todo este año, la pandemia ha obligado a distintos deportes y torneos a apretar sus calendario­s. La saturación es máxima y la exigencia física ya pasó factura a muchos por igual. Desde futbolista­s como lo vimos con el susto de Eriksen que colapsó en la Euro tras un paro cardíaco, hasta varias estrellas lesionadas en la NBA en medio de los playoffs. No hay duda de la problemáti­ca, ahora es ver cómo los distintos deportes van a cuidar a sus atletas hacia el futuro, si es que lo llegan a analizar.

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