LEGADO EN EL OLVIDO
ESCUELAS CON HISTORIA
Casi dos siglos han pasado desde que se fundó Tampico y a lo largo del tiempo ha caminado acompañado de escuelas que han hecho historia y dejado huella entre sus habitantes.
La ciudad destaca por planteles educativos que fueron fundamentales para su progreso y desarrollo y hoy son parte del patrimonio histórico de la nación.
Sin embargo, este legado edificado, hoy pide a gritos la atención del gobierno federal, porque después de quince meses cerradas por la pandemia, las escuelas requieren apoyo urgente para su mantenimiento estructural.
Y es que el ser parte del patrimonio histórico del INAH es motivo de orgullo, pero también un obstáculo, porque no se puede hacer ninguna mejora si el instituto no lo autoriza, pero tampoco acerca recursos para facilitar su rehabilitación.
Las escuelas más antiguas de la ciudad son la José María Gajá, Gabino Barreda, Juana de Asbaje y Manuel Altamirano, entre otras que han formado a muchas generaciones de tampiqueños que hoy las recuerdan con cariño y nostalgia al haber sido su segunda casa durante su niñez.
Las tres últimas están catalogadas como patrimonio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y hoy más que nunca necesitan ayuda para su conservación, pues se perfila para agosto el regreso presencial a las clases.
El director interino de la primaria Juana de Asbaje, menciona que requieren apoyo para reparar una grieta de la cornisa que da hacia la calle Obregón, a fin de prevenir riesgos a los transeúntes. “Se necesita mucho recurso económico para dar mantenimiento general, tenemos una grieta en la cornisa y aparte las ventanas y puertas están deterioradas, pero no le podemos hacer gran cosa, va a cumplir cien años y su estructura es la misma”.
José Guadalupe Pulido González explica que el problema de la grieta tiene aproximadamente diez años, después de que se desprendieron fragmentos de la parte superior.
Desde la Ciudad de México les han llegado oficios para recordarles que al ser un edifico histórico no se le pueden hacer grandes modificaciones. “Pero tampoco nos mandan recursos ni vienen a revisar”, expone el profesor, quien lleva 24 años trabajando en el lugar, cuyo mobiliario además, es de la época en que fue abrió sus puertas la escuela hace 96 años.
Este plantel ubicado en la zona centro de la ciudad llegó a tener más de 400 alumnos y hoy solo cuenta con 154 debido a la migración de las familias hacia el norte de Tampico y a los problemas de inseguridad que en su momento padecieron, pues en 2010 fue baleada la delegación de policía ubicada a un costado.
La escuela Ignacio Manuel Altamirano también demanda apoyo, pues de acuerdo con información del Registro Estatal de Edificios, Monumentos Conmemorativos, Infraestructura y Murales de Valor Histórico, Artístico y Cultural, “el segundo nivel está muy deteriorado, se trasmina el agua en paredes y techos”.
Semillero de ciudadanos que hoy forman sólidos cimientos de nuestra sociedad, los centros escolares enfrentan el reto de una inminente reactivación presencial con muchas necesidades en su infraestructura, aunado a las medidas que deberán implementar en materia sanitaria.
Para el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Tamaulipas, Alfredo Trejos de la Peña, es importante voltear a ver la infraestructura escolar, pues el tiempo que ha permanecido cerrada por la pandemia incide en un mayor deterioro de las instalaciones.
“Vivimos en una zona con mucha humedad, lo que provoca un
La inminente reactivación significa un reto por la falta de mantenimiento
mayor daño a la estructura de las escuelas y las filtraciones por las lluvias van dañando techos y paredes constantemente”.
Desde su punto de vista es necesario hacer revisiones y peritajes, y buscar la forma de que los diferentes niveles de gobierno se involucren en buscar soluciones, principalmente en escuelas que forman parte del patrimonio edificado.
Educación, parte fundamental del desarrollo de Tampico
La educación ha sido parte toral de esta capital de las huastecas desde sus inicios, afirma el director del Seminario de la Cultura, José Antonio Cruz Álvarez.
Refiere que la historia de las escuelas en Tampico prácticamente nace días después de su fundación el 12 de abril de 1823, cuando el primer educador del puerto, José María Gajá, comenzó su labor de enseñanza en las calles Altamira y Cuartel.
En ese lugar se crearía la primera escuela de varones y años después se contó con una institución educativa exclusiva para niñas ubicada en calle Artesanos esquina con Jazmines, hoy Álvaro Obregón.
Dicho instituto situado frente a lo que antes era la plaza de los Arrieros y actualmente es el parque Méndez, mantiene intacta su estructura y su mobiliario al paso del tiempo.
Cruz Álvarez comenta que desde sus primeros años, la población de Tampico creció de manera exponencial, debido al interés del naciente puerto y las familias que llegaban de diferentes partes del estado, de la huasteca y de otros rumbos.
“Fue así como inició sus labores educativas una primera escuela de Párvulos particular en 1828; su primer maestro don Bernardo Pérez impartía el alfabeto, la lectura, la escritura, cálculo y la doctrina cristiana”. Se cree que se encontraba en alguna casa de los comerciantes de la época.