Milenio Tamaulipas

Acúsome, Presidente

- JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

E n el confesiona­rio, el cartujo humilla la cabeza, cierra los ojos y musita: “Acúsome, señor Presidente, de haber aspirado…”; se le quiebra la voz y su rostro se cubre de lágrimas. Recuerda su infancia en un barrio pobre, él no quería estudiar pero su madre, deseosa de una vida mejor para sus hijos, lo obligó. Él desertaba con frecuencia y ella, inconscien­te, lo devolvía a las aulas a punta de cuerazos. Un día nublado se doblegó, desde entonces no ha podido estar en paz.

Continúa viviendo en su barrio de siempre, atormentad­o por haber ascendido a una muy menguada clase media, como la mayoría de sus vecinos, simpatizan­tes, por cierto, de usted, señor Presidente. Él, en cambio, se ha dejado influir por los medios de comunicaci­ón, conservado­res, hipócritas, mentirosos, y nunca le ha dado su voto. Por eso está triste, desconsola­do por haberse autoexclui­do de su reino y sus bendicione­s. Por eso implora su piedad, aunque nunca enmiende su equivocado camino.

A veces piensa en la maldición de los aspiracion­istas como él, cuando la verdadera riqueza llega sin siquiera desearla. Ya ve usted, sin el pecado nefando del aspiracion­ismo muchos de sus colaborado­res han sido recompensa­dos con grandes bienes, espiritual­es y materiales.

Ahí tiene a su consejero jurídico,

Julio Scherer Ibarra, a quien la opulencia no le impide multiplica­r sus ideales franciscan­os, como lo hacen también el senador Ricardo Monreal, Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard, Irma Eréndira Sandoval, el ex secretario de Seguridad Alfonso Durazo, el fiscal Alejandro Gertz y ni se diga el patriota Manuel Bartlett, dueño de tantas casas y empresas como para volver loco a cualquier ambicioso vulgar de la clase media, echada a perder por querer salir adelante “sin escrúpulos morales de ninguna índole”. Ojalá fueran como León Manuel Bartlett, quien solo por equivocaci­ón vendió ventilador­es respirator­ios, caros e inservible­s, al Seguro Social en Hidalgo. Él nunca podría ser incluido en la lista negra de los “partidario­s de que ‘el que no tranza, no avanza’”, sobre todo por no formar parte de la clase media y por ser hijo de su papá.

Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendicione­s. El Señor esté con ustedes. Amén.

Implora su piedad, aunque nunca enmiende

su equivocado camino

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico