Denuncia “cuatro meses de tortura”
El polaco Filip Zalewski llegó a México huyendo de las restricciones por covid, pero desde abril está retenido a solicitud de las autoridades de su país por “acusaciones injustas”; ahora pide regresar a Playa del Carmen a “comer tacos” y no ser extraditad
Hace casi cuatro meses un ciudadano polaco fue retenido en el Aeropuerto de Cancún por autoridades migratorias derivado de una ficha roja que la Interpol emitió en su contra.
En una carta, Filip Roger Zalewski, quien cuenta con una tarjeta de residente en México, asegura que es tratado como “un animal”, sufre “tortura constante” y que su retención es ilegal pues, explica, Polonia no ha solicitado formalmente su extradición.
“Me mantienen como un animal en una bodega del aeropuerto y me torturan sin poder dormir desde hace casi 4 meses. Estoy siendo penalizado con una tortura sin ser condenado por ningún tribunal”, escribió Zalewski en una carta escrita el 8 de agosto pasado y entregada por sus familiares a MILENIO.
En entrevista telefónica, Zalewski explica que espera su pronta liberación, pues no hay evidencia en su contra: “en Polonia es algo diario, un problema de varios emprendedores y hombres de negocios, pues quizá algunos amigos, o familia de gente en el gobierno, ven que tienes un buen negocio y te lo quieren quitar y entonces harán todo lo que puedan para llevarte a la quiebra; esto incluye fabricación de evidencia. No quiero nada más del gobierno mexicano, solo tener mis derechos humanos: mi derecho a la libertad y mi derecho a entrar a México. Así que debería ser liberado y no torturado. Y veremos si Polonia muestra evidencia, porque hasta este momento no la hay”.
“Amo a los mexicanos”
Zalewski contó que llegó a México en medio de la pandemia por covid-19, debido a que escuchó que las medidas de mitigación eran menos estrictas. Una vez aquí, se enamoró del país: “amo aquí, a los mexicanos, la cultura, la cocina”.
El 22 de abril pasado, cuando Zalewski regresaba de Panamá a México, se le impidió la internación por una ficha roja emitida por la Interpol a petición de la policía polaca, que lo acusa de lavado de dinero y crimen organizado al haber creado empresas que blanquearan fondos derivados de actividades ilícitas.
En su carta, Zalewski asegura ser una víctima de una persecución política en su país, derivado de intereses particulares.
“La fiscalía en Polonia violó mis Derechos Humanos múltiples veces. No se me ha dado ninguna posibilidad de defenderme. El único objetivo de la fiscalía en Polonia es aplicar la prisión provisional para mantenerme en la cárcel durante años sin juicio y obligarme a admitir delitos que no he cometido. La fiscalía en Polonia está trabajando por orden privada de mi competencia para destruir mi empresa”.
Y ahora, acusa, el Instituto Nacional de Migración (INM) intenta desacreditarlo al asegurar que en Panamá se le encontró un dispositivo para clonar tarjetas bancarias ante la imposibilidad de extraditarlo, gracias a un par de amparos que obtuvo.
“El dispositivo al que se refieren los del INM, no es otra cosa que el token de mi cuenta personal en Barclays Bank en Reino Unido que abrí hace 17 años”.
Además, asegura que el INM solo ha cumplido en atender sus necesidades básicas para presumirlo en un comunicado pero que, después de eso, ha quedado en el abandono.
“El INM me traía comida de la cercana Estación Migratoria en las primeras 4-5 semanas de mi detención. Era solo un espectáculo para tomarme fotos aceptando esta comida para que Migración pudiera enviarlas al juez de Amparo.
También denuncia la falta de higiene. “Esta ducha es una bodega mugrienta en la parte trasera de la oficina del INM. Después de que se enviaran los informes al juez, ya no hay más duchas para mí. Así que ya llevo más de 2 meses sin bañarme”.
Incluso, aseguró que su salud se encuentra en peligro, pues ya no ha tenido revisiones médicas pese a que sufre de presión alta.
Detalló todos estos supuestos abusos en una queja que ya presentó ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; mientras, está a la espera de poder regresar a su hogar en Playa del Carmen, junto a su familia, y volver a comer unos tacos.
“Me encanta la comida callejera mexicana, me encantan los tacos de pastor. ¿Por qué el INM no puede traer eso?”