Noviembre: mes de recopilar experiencias
Generalmente son los últimos meses del año cuando inconscientemente empezamos a hacer una lista, una breve recopilación de todo lo que vivimos y, aunque aún sienta que la pandemia nos desestabilizó los recuerdos… siempre queda algo positivo: Eso que nos motiva a seguir con nuestros proyectos.
Noviembre es el mes al que le tengo más cariño, sin importar que haya nacido en enero, y es que este mes constantemente deja huellas en mi vida: el 12 de noviembre emigré al extranjero, el 26 de noviembre cumplía años mi padre y ese mismo día- pero unos años después- conocería a mi marido… con quien me casaría un 29 de noviembre.
Noviembre es el suspiro del año, el mes donde aún tenemos tiempo para cumplir con aquellos objetivos que se quedaron rezagados, aquella charla pendiente con ese amigo al que no pudiste ver con tanto trabajo. En esta época nos hemos convertido en esclavos de la cotidianidad, es por eso que debemos de volver a comenzar, de valorar más el tiempo y la salud mental -pues sobrecargarse nunca fue una buena misión-.
Aprendamos a amar nuestra vida, nuestra profesión, todo lo que hay alrededor. Hace poco descubrí en un libro una frase que me encantó y que me hizo reflexionar respecto a mi pasión en la vida: “Me gusta el título de profe.
Carece de pretensiones y habla de vocaciones. Qué bonito cuando me cruzo la calle y alguien me dice ‘adiós, profe’. Tal vez no recuerde mi nombre, pero sí… la esencia de mi ser: ¡Aprender y enseñar!”
La importancia de nuestra existencia para la sociedad, ese cambio que generamos cada día gracias a nuestros sueños y acciones positivas. ¿Cuál es la huella que queremos dejar en este mundo? ¿Qué es lo que nos hizo falta realizar este año? ¿Cuáles son nuestros siguientes sueños por cumplir?
Aún no termina el año, agarremos vuelo nuevamente pues la esperanza es lo último que muere. Hace algunos días meditaba acerca de esto que va a venir a darle un gran cierre a todo lo que hicimos durante el año, dejemos de presionarnos: lo estamos haciendo bien. Vayamos a nuestro ritmo y disfrutemos del camino, después de todo estamos en este mundo para ser felices: que nadie nos robe los sueños y vayamos por lo que queremos.
Que nadie nos robe los sueños y vayamos por lo
que queremos
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