Vodafone precisa un nuevo jefe radical para efectuar cambios Tesla recortará su producción china
Opinión. La salida de Nick Read puede ser una señal de que la firma de telecomunicaciones decidió trabajar y cambiar de rumbo; sin embargo, hay razones para temer que el anuncio solo significa más de lo mismo
Vodafone por fin respondió al llamado de los inversionistas al separarse de su director ejecutivo Nick Read después de cuatro años mediocres. Lo que todavía no queda claro es si el consejo de administración tiene las agallas para sustituirlo con alguien que pueda aportar un cambio.
Es cierto que la industria europea de telecomunicaciones ha sido una experiencia miserable para los inversionistas en general, pero Read hizo poco para aliviar el dolor. Para mejorar el argumento de inversión de Vodafone se requiere más o menos de tres cosas: simplificar la compleja estructura de conglomerado del grupo, reducir su deuda y mejorar la forma como se maneja. Sin embargo, Read no hizo lo suficiente en ninguno de esos aspectos.
Sí, este año se produjo la venta de la unidad húngara de Vodafone y un acuerdo para poner lo que queda de su negocio de torres, Vantage Towers, en una empresa conjunta con inversionistas de capital privado tras una salida parcial a bolsa el año pasado. Y sus activos egipcios se transfirieron a una filial, Vodacom, hace un año.
Pero no se trata de una simplificación a la escala que Vodafone necesita. Read no logró hacer acuerdos en lo que es realmente importante, perdiendo la oportunidad de hacer algo con MasMovil en España, permitiendo que Virgin Media y O2 se consolidaran en Reino Unido y fracasando al salir del negocio de Towers el año pasado antes de que el aumento de las tasas de interés empezara a erosionar el valor de su participación.
Incluso las conversaciones para fusionarse con Three, en Reino Unido, pueden llegar demasiado tarde, ya que la preocupación por el costo de la vida hace más difícil que los reguladores aprueben un acuerdo cuyo principal atractivo es permitir a los operadores mejorar su rentabilidad, probablemente a través de precios más altos. Mientras tanto, los resultados de Vodafone en su mercado más importante, Alemania, están flaqueando.
Lo que Vodafone necesita es una reforma radical. La sustancial salida de Cevian del registro de accionistas en junio, menos de un año después de que se reveló por primera vez su interés, sugiere que el inversionista era escéptico sobre las posibilidades de que esto ocurriera pronto. En teoría, la salida de Read puede ser una señal de que el consejo decidió ponerse a trabajar y cambiar de rumbo, pero hay razones para temer que el anuncio de ayer signifique más de lo mismo.
El consejo de administración se comprometió a buscar un jefe, mientras tanto nombró a la directora financiera Margherita Della Valle como directora ejecutiva interina. Este movimiento puede tener sentido: en el hermético mundo de las telecomunicaciones es difícil llevar a cabo una competencia seria de sucesión y mantenerla en secreto. Pero Vodafone también aumentó el salario y los incentivos de Della Valle
Tesla, del empresario Elon Musk, planea recortar la producción de diciembre del Modelo Y en su planta de Shanghái en más de 20 por ciento en comparación con el mes anterior, señalaron dos fuentes. El recorte previsto se conoce después de que Tesla informó un récord de ventas en China en noviembre. Un representante del fabricante de autos eléctricos dijo a Reuters que se trataba de “noticias falsas”, sin añadir más detalles al respecto. La reducción de la producción fue reportada por primera vez por Bloomberg, que señaló que la medida era un reflejo de la floja demanda. para equipararlos a los de Read, lo que la convierte en una candidata segura para el puesto de forma permanente.
A esto hay que añadir el hecho de que, en toda su historia, Vodafone no ha nombrado a nadie para ninguno de los dos puestos más importantes sin que tuviera una experiencia interna sustancial, como señala Carl MurdockSmith, analista de Berenberg.
Un candidato con experiencia interna sustancial no es lo que necesita Vodafone, por muy complejo que sea el conglomerado. Necesita a alguien dispuesto a sacrificar a sus vacas sagradas, o de lo contrario los inversionistas se enfrentarán a años de sudar sangre mientras la dirección intenta introducir mejoras al tiempo que desenreda un embrollo difícil de manejar. Della Valle, que lleva en Vodafone incluso más tiempo que Read (21 años), no es el candidato del “cambio” que buscan los accionistas.
Hay esperanzas de que los recientes nombramientos sirvan de catalizador para una revisión más amplia. En el pasado había grandes personalidades de la City de Londres y pocos expertos en telecomunicaciones; sin embargo, desde principios de año, Vodafone incorporó a cinco nuevos directores no ejecutivos, cuatro de ellos con amplia experiencia en tecnología y telecomunicaciones.
No está claro si el consejo es tan audaz para elegir el tipo de candidato externo que puede reducir Vodafone de nuevo a un núcleo atractivo. Como reciente director ejecutivo de Heineken, las credenciales de Jean-François van Boxmeer como presidente no estaban claras cuando asumió el cargo de Vodafone hace dos años. Desde entonces le concedió a Read y Della Valle demasiado tiempo y libertad.
La afirmación de la empresa de que el ascenso temporal de Della Valle “acelerará la ejecución de la estrategia de la compañía” no sirve de consuelo cuando parece que, para empezar, es necesaria una estrategia nueva.
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