Carta abierta a los dueños del futbol mexicano A punto de decir adiós a Twitter
El escritor tapatío ganó el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2022
Tras la eliminación de la selección apareció el previsible alud de análisis furibundos, donde se culpa a las principales dos televisoras, y a su esbirro en turno a cargo de la Femexfut, de esta nueva encarnación del fracaso. Y pues se dice lo de siempre: que si sólo les interesa el negocio, que si los torneos cortos con liguilla, que si eliminaron el descenso, que si pueden jugar hasta nueve extranjeros por equipo, y todos los pecadillos que les achacan para tener hundido al futbol mexicano en esta consistente mediocridad.
Y se dice luego lo que hay que hacer: que si un técnico mexicano al que sí le importe la camiseta y no nada más venga a cobrar; que si hay que apostar por los chavos; que no se tasen tan alto a los jugadores para que puedan ir a Europa; que se reduzca el número de extranjeros, y todo lo que se repite idéntico cada cuatro años, aunque es cierto que esta vez el nivel de furia parece ser mayor.
Al reflexionar al respecto, poco a poco fue aterrizando una angustia relacionada con la posibilidad de quedarnos como el perro de las dos tortas. Me explico: ¿qué tal si hacemos todos los cambios que se piden, y de todas formas no pasamos al quinto partido? ¿Entonces qué vamos a hacer? ¿A quién vamos a agarrar de puerquito para descargar la ira colectiva? E incluso en caso de éxito: ¿se han pensado bien las consecuencias psicológicas de despojarnos de golpe de nuestro vínculo con el fracaso? Bien dicen por ahí que hay que tener cuidado con lo que se desea.
Así que en lugar de esos planes de reformas estructurales, que además de que los dueños sacrificaran la ganancia de unos cuantos milloncitos requeriría un ejercicio de paciencia colectiva, para lo cual la verdad tampoco somos buenos, quizá deberíamos trazarnos una meta distinta que no implique tanto cambio, que de todos modos quién sabe a dónde nos llevaría. Entonces, mi humilde propuesta consiste en mejor pedirle perdón al Tata Martino y convencerlo de retomar la selección, esta vez en dupla con Sven-Göran Eriksson; aumentar a 11 el número de extranjeros con el que deben alinear los equipos mexicanos (incluidas las Chivas: ¡ya basta de falsos patrioterismos!), y, ya de pasada,estableceren30añoslaedadmínimaparaque un mexicano pueda entrar de cambio en nuestra liga.
Todoelloconunobjetivomuyclaro:envezdelamediocridad de proponernos llegar al quinto partido, se puede hacer historia de otra forma: ser la primera selección en un Mundial (que además será en casa), ¡que no llegue al tercer partido! ¿Cómo lograrlo? De nuevo, muy sencillo: es cosa de nombrar capitán a Giovanni dos Santos y exigirle que, luego de haber empatado un partido y perdido otro, el día antes del juego decisivo de la fase de grupos, organiceunadeesaslegendarias bacanales en el hotel de la Selección.Elrestoselopuedenimaginar. Y para añadir al rating, que Ventaneando tenga la exclusiva de entrevistar a los jugadores cuando se despierten de su cruda cósmica y cobren conciencia de no haberse presentado en un Azteca pletórico, para recoge r sus primeras impresiones de la gesta histórica.
Señores, la psique de una nación está en sus manos. Por favor no tomen decisiones precipitadas que podríamos llegar a lamentar hondamente la pérdida de una de nuestras más arraigadas tradiciones.
Atentamente,
Un fiel aficionado más.
_Hace casi 30 años que Mauricio Montiel Figueiras (Guadalajara, 1968) no publicaba poesía, un género que le da oxígeno en un mundo antipoético y del que nunca se alejó, Cuaderno del sur ganó el Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer 2022.
“Nuncaheabandonadolapoesía. Es distinto escribir que publicar,máximeenunpaís,enunmedio editorial tan salvaje y caníbal como el mexicano e iberoamericano. He seguido escribiendo y leyendo mucha poesía, para mí es un tanque de oxígeno. Yo esperaría que, para quienes la leen, fuera este tanque de oxígeno que les permita respirar mejor en un mundo tan antipoético.
“Comenzó como otro experimento en redes sociales, en Facebook, en 2009. Empecé a recuperar la escritura poética, a hacer experimentos de prueba y error, para ver si tenían aceptación o de plano caían en el vacío. Me sorprendió que había lectores que se mostraban interesados por esos primerísimos borradores de algunosdelostextosincluidosenel libro”, comenta en plática telefónica el también autor de Mirando que arde la amarga ciudad (1994) y Oscuras palabras para escuchar a Satie (1995), sus dos anteriores poemarios. Cuaderno del sur (Mano Santa Editores, 2021) está dividido en tres partes: “Bitácora de los vientos”, “Bitácora de los hoteles abandonados” y “Bitácora del sur”, la última de las cuales, comenta Montiel Figueiras, evoca una reflexión sobre un “sur” más mítico e íntimo que geográfico.
Aclara que en 2009 no tenía intención de formar un libro, aunque las redes sociales eran su laboratorio literario y en Instagram empezó a buscar más hilos conductores.
“Está la idea del sur geográfico e íntimo, que tiene que ver con la decrepitud, la decadencia, las ruinas, la humedad, la carcoma, con todo eso que nosotros tenemos como ‘sur’. Ese sur de México, de Estados Unidos y de otros países. En la “Bitácora de los hoteles abandonados”meavoquéahacer rastreos de hoteles abandonados endistintaspartesdelmundoque estuvieran ubicados en el sur de esos países, para relacionar esta partedellibroconesadecrepitud, lo que queda de las empresas humanas, en este caso arquitectónica;todoempeñohumanosevuelve ruinoso”, añade el poeta.
_¿A quién vamos a agarrar de puerquito para descargar la
ira colectiva?
“No niego la cruz de mi parroquia de este librito cuyo germen está en las redes sociales. Estoy considerando cerrar mi cuenta en Twitter y mudarme a una alternativa a la llegada de Elon Musk. No sé, a lo mejor sí me da esperanza de poder seguir desarrollando proyectos literarios en redes”, expresó el escritor.