Daniela Romo: máxima exponente de la vida
El domingo pasado tuve el privilegio de ir al concierto de Daniela Romo en el Auditorio Nacional. Y lo digo así: privilegio, porque fue un privilegio tener un lugar en ese escenario sagradoabsolutamentellenodegentequevinodemuchasciudades,de muchospaíses,afestejaraDaniela.
Y también lo digo así: privilegio, porque fue un privilegio cantar, reír, bailar y suspirar al lado de la máxima exponente de la vida que tenemos en México.
Daniela Romo, por su trayectoria, su talento, su estilo, por todo lo que ha hecho desde hace más de 50 años, y por todo por lo que ha pasado, es eso: nuestra máxima exponente de la vida. ¿Puede haber una mejor celebración de la vida que ir a un concierto de Daniela Romo? Como usted sabe, cuando voy a un espectáculo en vivo lo que más me interesa es el público.
No sé usted, pero no conozco a otra estrella que reúna, en un mismo escenario, a pobres y ricos, a mujeres y hombres, a chicos y grandes, a homosexuales y heterosexuales. Daniela Romo nos une. Ella es una diosa del espectáculo como lo fueron Juan Gabriel, Vicente Fernández y José José. Verla triunfar ahí, esa noche, fue mágico.
Fue un megashow, pero contrariamente a lo que muchos pudieran suponer, no fue un megashow de nostalgia. Esas canciones se siguen tocando en las fiestas como si hubieran salido al mercado el mes pasado.
Si usted me preguntara: Álvaro, ¿qué fue lo que más te llamó la atención de ese concierto? Yo le respondería: el tema del agradecimiento.
Es una diosa del espectáculo como lo fueron Juan Gabriel, Vicente Fernández y José José
Daniela, todo el tiempo se la pasó dándole las gracias a su público, a sus compositores, a su gente. Perdón, pero esto que tendría que ser lo más obvio en un contexto de gente educada, ya no lo hace nadie.
Una persona agradecida es una persona que entiende de bendiciones, que entiende del amor, que entiende de la vida.
Ese concierto, esa noche, fue un gran acto de amor, de bendiciones, de agradecimiento. ¿Ahora entiende por qué le digo que Daniela Romo es la máxima exponente de la vida?
La próxima vez que sepa de una presentación de Daniela Romo, luche por verla. Cuando usted esté ahí, cantando, riendo, bailando y suspirando, entenderá lo que le digo. ¡Viva la vida! ¡Viva Daniela Romo!
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