El puerto que se olvidó de sus operadores
El puerto de Tampico tiene una historia que nos llena de orgullo, y un presente que lo constituye como una importante puerta de entrada y salida de productos como el acero o el petróleo.
Se trata también, de uno de los sitios líderes en la construcción de plataformas marinas en México.
Hablamos de que fue justamente este sitio de recepción y envío de mercancías, lo que abrió la puerta para el desarrollo de toda la región.
Y hay que decirlo, con un comercio internacional que sigue creciendo de la mano del transporte marítimo, el futuro demanda un puerto con capacidades tecnológicas y operativas que permitan generar servicios con mayor eficiencia, eficacia y calidad.
Hoy, este puerto se olvidó de sus operadores. La Administración del Sistema Portuario Nacional Tampico (Asipona Tampico) va para un mes de no cubrir los sueldos que son el sustento de cerca de 100 familias.
Las Asiponas son empresas públicas que se encargan de la planeación, aprovechamiento y explotación de cada puerto en concesión y en el presente gobierno han quedado bajo el mando de la Secretaría de Marina.
El problema de la Asipona Tampico es que, tras la salida de su ex director General y de la gerente de Administración y Finanzas, la empresa pública que da rumbo a los esfuerzos públicos y privados del puerto quedó inoperante.
No hay quien firme y eso tiene a los trabajadores sin recibir su sueldo.
En este país se habla mucho de las burocracias doradas y de los lujos y privilegios de unos cuantos.
Pero se habla muy poco de los seres humanos que constituyen la gran base de las instituciones, de esos trabajadores que todos los días salen a trabajar por sus familias y que al mismo tiempo lo hacen por su país.
Se tiene que regularizar esta situación cuanto antes, porque los gastos en la casa siguen, las hipotecas, los gastos en la educación de los menores.
Y de un día para otro, se dejó de pagar por un tema que parece ser más, producto del desconocimiento de cómo operan estas instituciones, que mala fe, pero el efecto es el mismo.
Va para cualquier gobierno y para cualquier institución: las familias son primero.
Desde este espacio hacemos votos para que la situación se regularice a la brevedad.
Mi solidaridad con las trabajadoras y los trabajadores afectados.
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