EDUARDO BACKHOFF ESCUDERO
El ranking que mide las disparidades en cuanto a igualdad de género del IGDG, coloca a México en el lugar 66, por debajo de Bolivia, Cuba, Costa Rica, Argentina, Colombia, Ecuador y El Salvador.
Consejero Presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
El fortalecimiento del papel de la mujer en las sociedades modernas representa uno de los principales desafíos del Estado y de la sociedad civil en el siglo XXI. A la luz de los más recientes estudios internacionales, la equidad de género persiste como un tema pendiente en la agenda pública; tanto en términos de acceso al empleo, a la educación, a cargos públicos, así como a una remuneración justa y equitativa, entre muchos otros.
El Global Gender Gap Report (GGGR) tiene el propósito de medir las disparidades en cuanto a igualdad de género, así como el de conocer sus tendencias a través del tiempo. Actualmente este reporte clasifica a 144 países de acuerdo con sus brechas de género en cuatro áreas clave: 1) Participación económica y oportunidades: salarios, niveles de participación y acceso a un empleo de alta cualificación; 2) Logro educativo: alfabetismo y acceso a los distintos niveles educativos; 3) Empoderamiento político: representación en las estructuras de toma de decisiones; y 4) Salud y supervivencia: natalidad y esperanza de vida.
Este informe se publicó por primera vez en el Foro Económico Mundial (2006), donde se dio a conocer la metodología utilizada para calcular el Índice Global de Disparidades de Género (IGDG), que se basa en la construcción de cuatro subíndices, los cuales se calculan con base en 14 variables. Cada variable se convierte en una proporción mujer/hombre, en una escala de 0 a 1. Por ejemplo, un país con 20% de mujeres y 80% de hombres en las cámaras de diputados y de senadores, tiene un valor de 0.25 ( proporción 1 a 4). Una proporción idéntica de hombres y mujeres tendría un valor de 1.
En 2015-2016, el índice IGDG del promedio de los países fue de 0.68, mientras que el de México fue de 0.70, que lo coloca en el número 66 del ranking mundial (144 países). Las tres naciones con las puntuaciones más altas fueron: Islandia, Finlandia y Noruega. Entre los latinoamericanos por encima de México se encuentran: Nicaragua, Bolivia, Cuba, Costa Rica, Argentina, Colombia, Ecuador, Trinidad y Tobago y El Salvador.
En el subíndice Participación y Oportunidades Económicas, las puntuaciones mundial y nacional fueron, respectivamente, 0.59 y 0.54, lo que coloca a México en el ranking 122. En el subíndice de Logro educativo, el promedio mundial fue de 0.95, mientras que la puntuación de México fue de 0.99, lo que ubica al país en el ranking 51. En el tema de Salud y sobrevivencia el promedio de los países participantes fue de 0.96 y el de México de 0.98 ( ranking 1, junto con otros 24 países). Finalmente, en cuanto el Índice de Empoderamiento Político la puntuación mundial fue de 0.23 y la del país de 0.28 ( ranking 34).
La información incluida en el GGGR deja claro que muchos países tienen un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de género. México no es la excepción, especialmente en lo que se refiere a las oportunidades que tienen las mujeres para participar, en igualdad de condiciones, en la vida económica y política del país. Por ello, en los últimos años, el Estado mexicano en su conjunto ha instrumentado políticas públicas dirigidas a favorecer el fortalecimiento de los derechos de las mujeres en la sociedad mexicana. La Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, promulgada en enero de 2001, así como la creación del instituto del mismo nombre, representan elementos fehacientes del esfuerzo realizado en favor de la protección de las mujeres y de la implementación de programas contra la violencia y la discriminación de género. De esta manera, a través del INMUJERES, se promueve el respeto de los derechos de género; sin embargo, como lo demuestra el informe del GGGR, esta institución aún enfrenta muchos desafíos para lograr abatir, a cabalidad, la desigualdad entre hombres y mujeres, que desafortunamente predomina en nuestro país.
El Estado mexicano en su conjunto ha instrumentado políticas públicas dirigidas a favorecer el fortalecimiento de los derechos de las mujeres en la sociedad mexicana