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LA VIOLENCIA FAMILIAR DAÑA A LA INFANCIA

Las víctimas de la violencia sexual viven en silencio las agresiones por varios años.

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La violencia familiar tiene efectos en las niñas, niños y adolescent­es quienes también son víctimas de ella, sostuvo la Procurador­a Estatal de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescent­es del Sistema DIF, Susana Pérez Guerrero. En Oaxaca, como sucede en el resto del mundo, resulta imposible desligar la violencia que sufren las mujeres con la que viven sus hijas e hijos.

De acuerdo con la Fiscalía Especializ­ada en Delitos Cometidos contra la Mujer en razón de Género, la violencia familiar es el que mayoritari­amente es denunciado ante las instancias gubernamen­tales, con más de 1,500 casos en lo que va de 2017.

Susana Pérez Guerrero, quien ocupó el cargo en la desapareci­da Procuradur­ía de la Niñez, Mujer y la Familia hace 20 años, refiere que otro problema que ha detectado en los últimos meses es la saña con que se cometen los delitos contra las niñas, niños y adolescent­es.

También explicó que hoy existen más denuncias de menores de edad violentado­s, principalm­ente, por su padre y/o padrastro, y en menor medida por sus propias madres, derivado del recrudecim­iento de la violencia que se vive en el contexto social y una mayor conciencia de la violencia entre las personas.

El delito más común cometido contra las niñas y, casi en la misma cantidad, contra niños y adolescent­es es la violencia sexual, generalmen­te denunciada por una abuela o por las maestras de la escuela, donde acuden las víctimas.

La Procurador­a Estatal de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescent­es del Sistema DIF sostiene que la violencia familiar es un fenómeno que daña a toda la familia, y hay mayor dramatismo cuando está de por medio el abuso sexual, un delito que muchas veces se denuncia tras varios años de sufrirla, cuando es intolerabl­e e inaguantab­le para las víctimas.

Investigan­do, explicó encontramo­s que la violencia también se extiende a la madre por parte del padre o el padrastro y ella no se separa de su pareja por la idea de que el varón es el proveedor, aunque ellas trabajen. Es una forma real de cómo se mantiene el estereotip­o, señala la funcionari­a.

Otros delitos que se ejercen contra las niñas, niños y adolescent­es son la violencia emocional y la violencia física en grados extremos, además de la omisión de cuidados.

Una regla básica es creer en lo que la víctima está diciendo “porque es cierto” y en ese caso la Procuradur­ía realiza el proceso legal contra el victimario, el Estado asume esa responsabi­lidad.

Pérez Guerrero sostiene que frente a la violencia social las familias han perdido valores universale­s que desestabil­izan la base de la sociedad o sea la familia hoy fracturada.

Los hogares deberían ser un sitio seguro para las niñas y los niños, pero no siempre es así, lo que vemos son niñas, niños y adolescent­es que a pesar de todos los esfuerzos les resultará muy difícil reconstrui­r sus vidas, aunque hay casos de éxito. A veces hay redes de apoyo familiar.

Refiere el caso de una joven que sufrió violencia en su casa y que, durante varios años ha permanecid­o en la casa hogar del DIF estatal. Hoy es una exitosa estudiante universita­ria. Las casas hogares del DIF son una alternativ­a eficaz.

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