LA NIÑEZ Y LOS ESTEREOTIPOS
El ser humano, desde su concepción, se enfrenta a experiencias que le permiten aprender para desarrollarse de una mejor manera ante el mundo que le rodea. Aprender es un proceso que inicia en el vientre de la madre, con los primeros estímulos que recibe del mundo exterior; al nacer niño o niña dependiente de su entorno familiar, padre, madre o quien va a cuidar de su crecimiento, marcará su personalidad.
Esta parece una certeza científica fundamental. En Todas de abril, hablar de la niñez nos obliga a considerar este principio para explicarnos el origen de la formación genérica que marcará diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres a lo largo de su vida.
Hemos querido homenajear a niñas y niños, mirando al horizonte. Su primera infancia, en la que un plan o un programa de estimulación temprana desde la perspectiva feminista, podría hacer la diferencia.
La estimulación temprana juega un papel muy importante en los primeros años de vida, porque en esta etapa se desarrollan y maduran capacidades esenciales en las áreas del lenguaje, la sensorial, la física y la psicológica, proceso que podría iniciarse desde los 45 días después del nacimiento.
En México en los últimos años, se puso en marcha La Agenda de la Infancia y la Adolescencia, fundamentada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y en la Ley General de los Derechos de Niñas y Niños y Adolescentes que, especialmente en su artículo cuarto dice: “Para los efectos de esta Ley, se entenderá por: Acciones Afirmativas, Acciones de carácter temporal, de políticas y prácticas de índole legislativa, administrativa y jurisdiccional que son correctivas, compensatorias y de promoción, encaminadas a acelerar la igualdad sustantiva entre niñas, niños y adolescentes”.
Es con ese espíritu que convocamos a escritores y escritoras a darnos una mirada sobre cómo, desde la infancia, la familia ¬ del tipo que se trate ¬ , escuela y medios de comunicación son ejes centrales para construir en las niñas otros horizontes, otras formas de ser y crecer; destacando el papel de la docencia y los efectos indeseables que aún propagan los medios de comunicación.
Desde Inmujeres trabajamos para que las niñas y los niños se desarrollen en igualdad, con apoyos de educación y aprendizaje que las y los valore y, ojalá, con ejemplos en su entorno, formen mejores ciudadanos.