ESTIMULACIÓN TEMPRANA
Se trata de un conjunto de técnicas que favorecen el desarrollo social, físico y psicológico de las niñas y los niños.
La estimulación temprana o atención temprana es un descubrimiento reciente en la psicología. Se trata de aprovechar al máximo las capacidades mentales y físicas del bebé realizando actividades adecuadas con objetivos específicos para facilitar su óptimo desarrollo. La psicología moderna dice que a través de técnicas —que pueden realizarse en las guarderías—, los niños y las niñas aprenden a ser hombres o mujeres.
Aunque ello ocurre desde antes. Dice el doctor Campbell Leaper1 que cuando una pareja concibe un bebé, la primera pregunta que hacen generalmente es si van a tener una niña o un niño. La asignación del género se convierte en una poderosa identidad social que determina su vida futura desde la concepción.
Durante la primera infancia, las niñas y los niños pasan parte de su tiempo en el hogar; pero hoy suelen pasar mucho tiempo en los centros infantiles, ahí se pueden desarrollar planes de estimulación temprana con una perspectiva de género.
Si dentro de sus familias, niños y niñas reciben las primeras lecciones de género, donde son influenciados con una conducta modelo, que fomentan comportamientos y actividades diferentes en hijos e hijas, las familias también pueden conocer técnicas de estimulación temprana.
La estimulación temprana o atención temprana fomenta el desarrollo psicomotor del bebé, así como su desarrollo cognitivo; a través de actividades donde se se divierten, se facilitan aprendizajes futuros. Esta técnica se realiza desde el nacimiento del bebé hasta los 6-7 años porque es en este período donde se va desarrollando la estructura del pensamiento y la personalidad.
Muy importante es la intención con la que se realizan estas actividades estimulantes para que el/la bebé desarrolle autonomía e independencia; así como su psicomotricidad, habilidades cognitivas, sensoriales y de lenguaje. Aquí radica la importancia de la estimulación temprana.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), estimular a los niños y niñas en edad preescolar es de máxima importancia. El resultado de varias investigaciones en el campo de la antropología, la psicología del desarrollo, la medicina, la sociología y la educación evidencian la importancia que ocupan los primeros años de vida en la construcción de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social.
“Aunque la configuración física determinada biológicamente se desarrolla en las etapas prenatales, las conexiones neuronales dentro del encéfalo determinantes del desarrollo posterior, son producto de la relación del niño/a con su entorno (humano y material) preparándose así el desarrollo de las funciones intelectuales, emocionales, físico inmunológicas y sociales más significativas” (Mustard 1998; Carnegie 1994).
Es ahí, dice el UNICEF, donde se implantan los primeros conocimientos de género que después van a conformar la personalidad. Cuando se habla de determinantes del desarrollo, el eje central es el cerebro, el órgano que controla las principales funciones del ser humano; este se desarrolla 80% en los tres primeros años de vida, niños y niñas han adquirido la capacidad para hablar, comunicarse, pensar y se han formado los fundamentos de los valores y comportamientos sociales. La mitad del potencial del desarrollo intelectual se ha establecido a los cuatro años (Rivera, 1998).
Por ello, el UNICEF recomienda desarrollar un programa oficial y estatal de Estimulación Temprana en los Centros de Desarrollo Infantil. La técnica es como se señala al comienzo: los niños y niñas aprenden mejor cuando tienen objetos que pueden manipular o cuando pueden explorar el mundo que los rodea, realizando acciones de ensayo y error en un ambiente seguro y estimulante. Así bien, “los infantes que reciben protección y cariño durante su primera infancia tienen más probabilidades de sobrevivir y crecer saludablemente; de padecer menos enfermedades y trastornos y de desarrollar al máximo sus aptitudes cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales” (UNICEF, 2008).
La estimulación temprana o atención temprana fomenta el desarrollo psicomotor del bebé, así como su desarrollo cognitivo; a través de actividades donde se divierten, se facilitan aprendizajes futuros
REFERENCIAS: [1] Department of Psychology, University of California, Santa Cruz, EE.UU. septiembre 2014 Guía para la elaboración de planes de estimulación para la promoción del desarrollo infantil de niños y niñas de 1 a 6 años y 11 meses. Género: Socialización Temprana: Carol L. Martin, PhD, Arizona State University, E.U. Editado por UNICEF