LOS RETOS EDUCATIVOS PARA LA IGUALDAD
Los modelos educativos imperantes no cuentan con un adecuado eje formativo en materia de género.
El debate sobre los estereotipos de género y sus consecuencias lleva décadas en la palestra. Diversos actores sociales difunden diferentes estereotipos de género, originando, en no pocas ocasiones, efectos dañinos en los niños, niñas y jóvenes en formación; diversos estudios establecen que los estereotipos se afianzan de manera nociva alrededor de los 10 años, en el inicio de la adolescencia. A nivel global observamos cómo, desde las sociedades más conservadoras a las liberales, de las más ricas a las más pobres “interiorizan muy pronto el mito de que las niñas son vulnerables y los chicos son fuertes e independientes” (OMS, 2017). Frente a ello, la escuela sigue siendo crucial para educar desde una perspectiva de igualdad entre los géneros. La educación sigue siendo una de las principales instituciones socializadoras de valores y actitudes; sin embargo, los modelos educativos imperantes no cuentan con un adecuado eje formativo en materia de género. Muchas voces de académicos y ciudadanos demandan una educación basada en la igualdad donde los diversos actores sociales actúen con responsabilidad y visión de género.
La superación de los estereotipos de género en la educación y en la sociedad no solo beneficia en el plano individual y en el ejercicio de una nueva ciudadanía, sino que contribuirá a un desarrollo científico y tecnológico más inclusivo, diverso y justo, como lo señala el estudio mencionado “Libertad, autonomía e igualdad son las claves del discurso de los/ as adultos/as en relación con el futuro profesional de niños y niñas. Sin embargo, persisten estereotipos y sesgos de género que condicionan este anhelo” ( Bonder: 22).
La educación en cualquier ámbito disciplinario debe procurar también la igualdad entre los seres humanos. La perspectiva de género es transversal y se puede fomentar desde cualquier disciplina y programa académico. La formación de una nueva ciudadanía en niños, niñas y jóvenes tiene que ver con valores de respeto a las diferentes maneras de ver el mundo, incluyendo los diversos enfoques filosóficos y científicos, desde los diferentes paradigmas y la complejidad de los temas de estudio; educar en la tolerancia y aprecio a lo diferente enriquece a los alumnos, independientemente de su credo, origen étnico o nacionalidad y podría contribuir a desterrar conductas y sentimientos xenófobos, en consecuencia, educar para la igualdad de género conlleva educar para la vigencia de los derechos humanos.
Si, además, educamos en el diálogo intercultural y el respeto al medio ambiente, especialmente, a la naturaleza, estaremos educando de manera integral y democrática a las generaciones futuras y actuales.
Los maestros deberían poner en juego su creatividad. El docente de cualquier nivel educativo selecciona y elabora sus recursos didácticos, elige contenidos y las lecturas apropiadas. Aún con libros de texto incompletos y parciales en materia de género, pueden tener una actitud innovadora y desde el aula ir creando una mentalidad alejada de las pautas patriarcales y estereotipos de género.
Si bien en México muchas cosas están cambiando y tenemos avances importantes en derechos, políticas públicas y programas gubernamentales que promueven la igualdad de género, lejos estamos de lograr la igualdad sustantiva para las mexicanas de todas las edades.
Las diferencias de género pueden cambiar, sería un proceso más rápido y profundo si las autoridades educativas se preocuparan de que el sistema educativo mexicano contara con un modelo educativo basado en la igualdad de género, el respeto al medio ambiente y el diálogo cultural.
Muchas voces de académicos y ciudadanos demandan una educación basada en la igualdad donde los diversos actores sociales actúen con responsabilidad y visión de género
REFERENCIAS: Bonder, G. (2017). Infancia, Ciencia y Tecnología: una análisis de género desde el entorno familiar, educativo y cultural. (C. U. Argentina., Ed.) Buenos Aires, Argentina. OMS. (2017). Global Early Adolescent Study. Edición electrónica. (OMS/ GEAS, Ed.) Boston, EU: OMS.