Mtra. en Psicología Clínica
Estos materiales educativos mediatizan al alumnado, coartan sus derechos, libertad de pensamiento, expresión y participación a los niños y las niñas.
Los libros abren horizontes, imaginan nuevos mundos, formas de ser y estar, pero no existe un libro hasta que no hay una persona que lo tome en sus manos y pose sus ojos en él. Un libro se termina de escribir cuando alguien lo lee. Los libros más importantes son aquellos que a partir de su narrativa permiten aprender, conocer, soñar, desear. Que su lectura humaniza a las personas. Necesarios para el sistema educativo y la enseñanza/aprendizaje, se juzgan desde dos enfoques: la reproducción o la transformación.
En la reproducción mantienen el statu quo, donde se mantienen y difunden las condiciones sociales, económicas y de género existentes. Esos materiales educativos mediatizan al alumnado, coartan sus derechos, libertad de pensamiento, expresión y participación.
El enfoque de la transformación busca cómo construir y reconstruir conocimientos con análisis crítico; el estudiantado se involucra no solo con la mente e inteligencia sino con sentimientos, motivación y deseos; privilegia los saberes cotidianos, como la reconstrucción de los contenidos educativos.
Los libros de texto dan significado a los contenidos disciplinares: español, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales y sus ramificaciones (gramática, biología, cálculo, historia), reconocen la zaga de la humanidad mediante descubrimientos, creaciones, cultura.
Los libros que la Secretaría de Educación Pública entrega a cada niña y niño en la educación primaria, bajo el principio de gratuidad, en realidad pagados con los impuestos, son un orgullo y ejemplo aplaudido y envidiado en el mundo.
Esta política pública surgió en los años 60, garantizando: uno, que todas las niñas y niños en primaria cuenten con materiales necesarios para su aprendizaje, independientemente de su condición social. En muchos hogares son los únicos libros para la familia. Dos: asegura que los contenidos educativos sean universales, desde cualquier lugar del país, en escuelas públicas y privadas.
En general, estos libros benéficos para quien los tiene, contienen un enfoque que reproduce las condiciones de vida; las mujeres no existen y aparecen en posición subordinada o están invisibles y negadas. Textos estereotipados, roles y valores genéricos, diferentes y desiguales; sería maravilloso mantener la diversidad que caracteriza al género humano, el problema es que minusvalora a la parte que mantiene a la especie: las mujeres. Así la medida de la norma es el género masculino. Los libros de texto contienen concepciones androcéntricas; se prueba a partir de analizar lenguaje e imágenes y su relación con el pensamiento, las actitudes y la motivación que suscitan.
Respecto del lenguaje escrito, hay dos principios; primero, cada palabra cobra sentido a partir de los significados que se tienen de ella y lo significante que pueda ser para cada persona en función de lo que le evoca o lo que le permite imaginar o crear y, el segundo, es que lo escrito no se lo lleva el viento, sino que queda plasmado como una consigna eterna.
El lenguaje amplía horizontes, es la forma donde el pensamiento se alimenta para crear y construir conocimientos. Lo dicho por Wittgenstein: “el lenguaje muestra los límites de nuestro mundo”, en otras palabras, lo que no se nombra y no se escribe, no existe. En los libros de texto el lenguaje es sexista; basado en reglas caducas, androcéntricamente construidas que invisibilizan a las mujeres.
En la materia de español se explicita con lo dicho; en biología, en lo narrado y las imágenes, solo existe “la evolución del hombre”, no hay imágenes dando cuenta de las mujeres en la evolución, que constaten cómo tuvieron parte en la reproducción biológica. En historia, contamos con los dedos de una mano referencias a mujeres ilustres, siempre relacionándolas con sus padres, esposos e incluso con su descendencia, olvidando que la humanidad ha estado sostenida, cotidianamente, por la labor invisible de las mujeres.
Veamos lo que pasó con la vida del físico Stephen Hawking, no se tomó en cuenta la solidaridad y el trabajo de sus esposas, eso que le permitió vivir a pesar de su inmovilidad o el caso de Madame Curie, quien llegó tarde al Premio Nobel por prejuicios de género.
De la imperfección de los libros de texto tal y como están, podríamos pasar a su perfección; lograr igualdad sustantiva (de oportunidades, participación, trato y resultados) entre mujeres y hombres, revalorar que haga la docencia, con visión crítica y reflexiva sobre la narrativa estereotipada y devaluatoria de las mujeres, más de la mitad de la humanidad. Transformar el futuro con horizontes de bienestar, justicia y paz para quienes habitamos la madre tierra.
Los libros más importantes son aquellos que a partir de su narrativa permiten aprender, conocer, soñar, desear. Que su lectura humaniza a las personas