RECONOCIMIENTO DEL TRABAJO DOMÉSTICO Y DE CUIDADOS
Alcanzar la igualdad de género es una meta que lograremos solamente trabajando de manera corresponsable entre el gobierno, las empresas y la sociedad. Una de las tareas pendientes es la valoración social del trabajo doméstico y de cuidados, pues sigue siendo de las contribuciones menos reconocidas de las mujeres a la economía de los hogares y al crecimiento del país. ONU Mujeres ha llamado a esta carga “el impuesto oculto y más alto de las mujeres en términos económicos y de tiempo”.
La sobrecarga de responsabilidades y tiempo destinados al mantenimiento del hogar y al cuidado de niñas, niños, personas adultas mayores, enfermas o con discapacidad, limita las oportunidades de las mujeres de integrarse al mercado laboral, de continuar estudiando y de acceder a puestos de toma de decisiones. Esto es grave porque la autonomía económica es un factor indispensable para la igualdad y el desarrollo.
De acuerdo con McKinsey Global Institute2, si en México se cerrara la brecha entre mujeres y hombres en la fuerza de trabajo, el Producto Interno Bruto incrementaría 43% para 2025. Por otro lado, la desigualdad en la participación tiene un costo. El Instituto Nacional de las Mujeres3 ha estimado que la pérdida de capital humano proveniente de lo que dejan de ganar las mexicanas con nivel educativo medio superior y superior que no se insertan en el mercado laboral asciende a 240,000 millones de pesos al año. Es urgente cambiar la cultura de las organizaciones y los roles de género para poder aprovechar el talento de todas las mujeres.
El sector privado puede hacer mucho para remover las barreras que las mujeres enfrentamos para ingresar y permanecer en el trabajo remunerado, así como para contribuir a la redistribución del trabajo doméstico y de cuidados que diariamente realizamos. La implementación de medidas que permitan conciliar la vida personal de mujeres y hombres con la vida laboral y que tomen en cuenta la diversidad de familias, el impulso a la trayectoria profesional de sus empleadas –sin castigarlas por el tiempo dedicado a la licencia de maternidad y a los cuidados, o por no extender la jornada fuera de los horarios establecidos por la organización–, la instalación de salas de lactancia y el otorgamiento de licencias de paternidad más prolongadas, son prácticas que contribuyen a establecer un piso mínimo para el reconocimiento de este tipo de trabajo y a promover su distribución de manera más igualitaria.
Existen numerosas posibilidades para crear dentro de las empresas un ambiente laboral que haga visible y considere el trabajo no remunerado. Una de ellas es la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación4, certificación voluntaria que busca lograr un cambio en la cultura de las organizaciones, de modo que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades para crecer profesionalmente, y que esto se logre en corresponsabilidad con su vida personal, dentro de un espacio con accesibilidad, libre de violencia y discriminación.
Es necesario dar al trabajo doméstico y de cuidados el valor que tiene. Sin él, no podríamos salir a estudiar y trabajar todos los días, mantenernos saludables o disfrutar de esparcimiento. Reconozcamos la productividad que genera y su aportación tanto al desarrollo económico del país como al bienestar de la sociedad, los hogares y las personas. REFERENCIAS: [1] ONU Mujeres (2016). Trabajo doméstico y de cuidados no remunera
do. Disponible en: http://mexico.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2016/01/trabajo-domestico [2] McKinsey Global Institute (2017). Where will Latin America’s growth come
from? Disponible en: https://www.mckinsey.com/featured-insights/employment-and-growth/how-to-counter-three-threats-to-growth-in-latin-america [3] Instituto Nacional de las Mujeres (2015). El costo económico de desperdi
ciar el talento femenino. Disponible en: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/ documentos_download/BoletinN6.pdf [4] Más información en https://www.gob.mx/inmujeres/acciones-yprogramas/norma-mexicana-nmx-r-025-scfi-2015-en-igualdad-laboral-y-no-discriminacion.
Es urgente cambiar la cultura de las organizaciones y los roles de género para poder aprovechar el talento de todas las mujeres