LAS MUJERES EN LOS SINDICATOS
Es necesario hacer una breve reflexión en momentos de oportunidades.
Los sindicatos viven un franco descrédito social. Ahí las mujeres tienen que abrirse camino, ellas dicen que llegar cuesta y sostenerse mucho más.
La Secretaría General es ocupada por los hombres. En ese puesto ellas están en 20%, 1 luego solo llegan a puestos sindicales de menor importancia. La discriminación femenina es muy obvia en el sindicalismo. Ayuda el estatuto sindical con normas discriminatorias que inhiben la participación de las mujeres.
Así enfrentan una doble lucha, en el comité, donde se excluye la causa de las mujeres, y en la patronal. Los empresarios discuten con los líderes, “es mejor hacer acuerdo con los
hombres” y en los hechos, no todas las mujeres de los comités participan en la negociación obrero- patronal.
¿Qué han hecho las mujeres en los sindicatos? Con la herramienta de género se capacitan; forman a otras; hoy existen discursos inclusivos, pero aún no se traducen en la agenda sindical, estatutos, ni en contratos colectivos de trabajo.
Ellas celebran las fechas feministas, realizan actividades nacionales, regionales, locales, para la sensibilización. Se han apropiado del discurso de género.
Irrumpieron en actividades públicas y foros, donde se hacen escuchar. Plantean demandas, crean políticas públicas para el cuidado de las y los hijos; la ratificación del Convenio 156 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), referido a las responsabilidades familiares; piden la creación de un convenio contra la violencia laboral a la OIT. Plantean reformas a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para incorporar derechos distintos a los de maternidad, referidos a la discriminación y la violencia por razones de género.
Se crearon cuotas de género en algunos sindicatos como en la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que van de 33% a 67%, sin que ello se vea reflejado en la práctica. La paridad es realidad sólo en el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, pero aún no opera para la Secretaría General.
La representación sindical de género tendría que ser acorde a la proporcionalidad de hombres y mujeres, necesaria para fortalecer el sindicato y crear condiciones para políticas sindicales afirmativas.
Respecto de armonizar el trabajo y la familia, no tiene grandes avances en los contratos colectivos, ni en la LFT. En 2012 la reforma planteó cinco días para los padres cuando los hijos e hijas nacen.
Otros sindicatos rebasaron los cinco días, como el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y el Sindicato Único de Trabajadores del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (SUTCONALEP), pero no se comparten los cuidados. Las líderes de la UNT discuten la economía del cuidado, más allá del sindicato, como política de Estado.
El sindicalismo mexicano en organizaciones caracterizadas por real vida sindical, democrática e independiente, con 20 años de trabajo por mejorar y ampliar su participación, carecen de un programa sistémico. Muchas actividades, pocos resultados. Habría que impulsar un programa encaminado a la igualdad sustantiva, una agenda con visión de género, dentro del conjunto del sindicato, como paso democrático.
Qué oportunidades se presentan para las mujeres en los sindicatos. Una es la reforma constitucional de 2017, que plantea por primera vez el voto libre, personal y secreto para la elección de la dirigencia sindical. Hoy se requiere una reforma laboral secundaria para establecer la participación proporcional de hombres y mujeres en los comités ejecutivos. Otra oportunidad, son los cambios políticos de 2018. La organización sindical es una institución social que con sus políticas impacta, no solo a las y los trabajadores, sino a toda la sociedad, por eso hay que recuperarla. Las mujeres serán clave en esos procesos. Hay que aprovecharlos ¡ya! REFERENCIA: [1] Cálculos propios porque no existen datos oficiales.
La organización sindical es una institución social que impacta no solo a las y los trabajadores, sino a toda la sociedad, por eso hay que recuperarla. Las mujeres serán clave en esos procesos