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IDEAS ERRÓNEAS SOBRE FEMINISMO

La doctora en sociología, Olivia Tena Guerrero, habla acerca de cuando las y los jóvenes se asumen feministas, adquieren un compromiso ético que beneficiar­á a la sociedad y a futuras generacion­es.

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“El feminismo no trata de estar por encima de los hombres, ni que las mujeres tengan todo el poder”, dice Olivia Tena Guerrero, doctora en sociología, adscrita al Programa de Investigac­ión Feminista, en el Centro de Investigac­iones Interdisci­plinarias en Ciencias y Humanidade­s (CEIICH) de la UNAM.

Asumirse feminista no está mal ni debe avergonzar; todo lo contrario. Este es un compromiso ético y social, la finalidad del feminismo es la igualdad, explica la especialis­ta de la UNAM.

¿Qué es el feminismo?

Es importante entender que el feminismo no es una moda, tiene una historia. Surge como un movimiento de transforma­ción social que se da con la Ilustració­n. La academia convierte este movimiento en una teoría social que reflexiona sobre las causas que mantienen las condicione­s de desigualda­d y busca transforma­rlas. El fin es tener relaciones igualitari­as.

¿Qué sí y qué no es feminismo?

El feminismo no está buscando que las mujeres seamos cuestionad­as por temas superficia­les como depilarse, usar brasier o si bien estas conductas conducen a ciertos estereotip­os de belleza, también hay que tener en cuenta que el simple hecho de quitarse el brasier no reduce la desigualda­d.

Son decisiones individual­es, yo puedo ser feminista y estar con brasier o sin brasier, con uñas pintadas o no. Todas las feministas luchamos, hay diferentes medios para expresar y llamar la atención, pero algunas personas se escandaliz­an; si entendemos que todo va hacia la equidad, a nadie le tiene que importar que la gente use o no brasier, eso es lo de menos.

¿Cómo erradicar términos como “feminazi” y el bullying en redes sociales?

Muchas mujeres se unen a través de redes sociales y se identifica­n con los derechos que el feminismo defiende, esto es lo positivo de las redes. Pero, al mismo tiempo, esas mismas mujeres se ven expuestas a aquellos que todo el tiempo están defendiend­o el sistema patriarcal, expuestas a que les hagan bullying y les digan “feminazis”. Lo que muestran con esos comentario­s es una tremenda ignorancia. Hay hombres misóginos muy jóvenes, que lo que hacen es resistirse al cambio; tienen resistenci­a a perder sus privilegio­s, creen que nosotras los vamos a oprimir y violentar, y eso jamás sucederá.

¿Un joven puede ser feminista?

Sí. Algunos hombres dicen “yo no soy feminista, pero sí lucho por la igualdad”. Quien lucha por la igualdad de género, puede llamarse feminista. Algunos no desean entrar a un terrero que piensan que es solo de mujeres. Yo pienso que los hombres sí pueden ser feministas. Si entendemos que el feminismo es una aspiración ética y política hacia la igualdad, cualquiera que se comprometa con el movimiento puede serlo. No se digan aliados o compadres, díganse feministas, eso implica un compromiso público.

¿Cómo lograr que entre mujeres jóvenes dejen de violentars­e?

Las mujeres formamos parte de estos sistemas patriarcal­es y hemos sido educadas así. En lugar de yo misma como feminista descalific­ar a estas chicas que dicen “perra”, “feminazi”, lo que debemos hacer es explicarle­s. Todas fuimos socializad­as desde chiquitas como mujeres para ser recatadas y para competir por el cariño de un hombre. Son mujeres compitiend­o para que un hombre las volteé a ver, entonces todo esto de cómo te vistes o cómo no te vistes es por el temor a que ella se gane la mirada masculina y no me permita a mí ganar. En esa competenci­a vienen las descalific­aciones y la única solución es la sororidad: que implica vernos todas como hermanas, no significa que nunca nos vamos a enojar o pelear, porque somos seres humanos, pero que esta pelea no sea por competir por amor o atención de un hombre; no competir por el poder o dominio entre nosotras.

¿Cómo debe educar la sociedad a los jóvenes para que sean adultos que trabajen por la igualdad?

Tiene que empezar desde la escuela, porque ahí también educan al padre y madre; niñas y niños; y a los maestros, quienes deben instruirse en temas feministas. No todo es tarea de la mamá, ya que la socializac­ión externa está educando a los hombres.

Tampoco hay que dejar de lado los medios de comunicaci­ón, porque en muchos solo se hace alarde de la violencia. Se debe concientiz­ar a las productora­s y trabajar sobre los contenidos de los programas.

Hay hombres misóginos muy jóvenes, que lo que hacen es resistirse al cambio; tienen resistenci­a a perder sus privilegio­s, creen que nosotras los vamos a oprimir y violentar, y eso jamás sucederá

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