REEDUCAR PARA LA IGUALDAD
LAURA MERANIF PACHECO CHAB
La igualdad avanza, se ha producido un acercamiento de las y los jóvenes indígenas y no indígenas en cuanto actitudes, aspiraciones y proyectos de futuro en las últimas décadas. Pero siguen habiendo aspectos básicos y preocupantes en los que esta igualdad intergénero es más aparente que real, pues persisten estereotipos sexistas en las relaciones de pareja que llevan a una minoría no desdeñable a exculpar la violencia machista, tanto en jóvenes que residen en zonas urbanas, como en rurales e indígenas.
Según las estadísticas, solo 70% de los jóvenes dice no estar de acuerdo con la siguiente frase: “Cuando una mujer es agredida por su marido algo habrá hecho ella para provocarlo” (87% en el caso de las jóvenes está en desacuerdo). No es la opinión mayoritaria pero son cifras consideradas preocupantes. La elevada valoración de “tener pareja” y el mito del “amor romántico” están directamente relacionados con la justificación “aparentemente encubierta o disfrazada” de la violencia machista.
En el ámbito del comportamiento sexual y la identidad de género, aún quedan algunos estereotipos tradicionales a la hora de señalar las cualidades que más se aprecian en los chicos y las chicas; por ejemplo, la cualidad más valorada en las mujeres por los hombres es el atractivo físico, seguida de la simpatía. Mientras que las masculinas están relacionadas con el poder, la fuerza y la valentía. Casi un tercio de las mujeres (28%) señala que el hombre agresivo es más atractivo.
No podemos pasar por alto y negar que la industria de la música y del entretenimiento han contribuido significativamente a difundir y perpe- tuar este pensamiento machista, intolerante y misógino hacia las mujeres, haciéndolas ver como un objeto meramente sexual y de apropiación. Tomando en cuenta que los principales consumidores de estas industrias son las y los mismos jóvenes podremos entender el porqué del comportamiento y la forma de pensar de estos hacia la violencia, el machismo y la igualdad de género.
El logro de la igualdad de género implica la participación activa, plena del Estado y de mujeres y hombres jóvenes, para que unidos actúen como agentes de cambio para la transformación social de nuestras comunidades y de nuestro país, en vista de que es un asunto no solo de mujeres, sino de Derechos Humanos que nos compete a todas y todos.
Es de vital importancia reeducar a las y los jóvenes en este sentido y abordar el empoderamiento de las mujeres, así como el logro de la igualdad de género desde la juventud como algo sumamente crucial, urgente para revertir las desigualdades sociales de género, ya que son estas nuevas generaciones quienes pueden cambiar y deconstruir los roles y estereotipos de género implantados en nuestra sociedad que nos afectan negativamente.
Es urgente el involucramiento activo de las y los jóvenes para lograr una sociedad justa e incluyente basada en el respeto de los derechos humanos, en la que se garantice la igualdad y la libertad de todas las personas, conscientes de que deben participar y actuar hoy para que las situaciones de desigualdad cambien, dado que es responsabilidad de todas y todos llevar a cabo acciones para mejorar las condiciones sociales de las próximas generaciones.
El logro de la igualdad de género implica la participación activa, plena del Estado y de mujeres y hombres jóvenes, para que unidos actúen como agentes de cambio para la transformación social