VIVIENDA ADECUADA
Las personas con discapacidad no cuentan con las oportunidades para acceder al derecho humano y constitucional de una vivienda.
Director Ejecutivo Nacional de Hábitat para la Humanidad México, A.C.
Hablar sobre la discapacidad es difícil, ya que es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta que 6.6% de la población mexicana tiene algún tipo de discapacidad; al traducirlo en número de personas y, a su vez, multiplicarlo por el número de vinculaciones y/o relaciones que tienen con otras personas de la sociedad, podremos observar el “factor relacional” del fenómeno. Es decir, no podemos abordar el tema de las personas con discapacidad como algo ajeno a nosotras o noso tros, porque una sociedad —en el sentido de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)— busca no excluir ni dejar atrás a nadie, reduciendo las desigualdades de todo tipo.
Hablar repetidamente de esta circunstancia es obligación para crear un lenguaje, para “hacer visibles” a aquellas personas que tornamos “invisibles” mediante una discriminación estructural, creando estigmas, prejuicios o estereotipos sobre las personas que tienen alguna diversidad funcional, provocando con ello su exclusión en muchos ámbitos de la vida social, así como la negación de sus derechos. Si a su condición distinta se le añaden otros elementos de vulnerabilidad como ser mujer, niña, niño, edad, origen étnico, etc., la lastimosa exclusión se exacerba.
En mi ámbito de influencia dentro del sector vivienda, veo que la falta de oportunidades para acceder al derecho humano y constitucional de una vivienda adecuada es terrible.
En primer lugar, porque la mayoría de las personas con discapacidad no tienen un empleo formal y el acceso a una vivienda parece más un derecho laboral que constitucional. En segundo término, porque las viviendas que se ofertan a las personas con alguna discapacidad que están en el mercado laboral no están diseñadas para que puedan vivir y habitar plenamente en la vivienda que logran adquirir, aunado a ello, las complicaciones que
Gustavo Gutiérrez-Lee,
representa — como para muchas otras personas— el hecho de que sus viviendas se encuentren en lugares alejados de sus centros de trabajo, esparcimiento o relaciones significativas, y que la movilidad sea un gran reto y represente un alto costo.
Por último, hay muy pocos mecanismos estructurales o programas institucionales que piensen en diseñar opciones (de financiamiento, apoyos económicos, diseños participativos) para producir modelos de vivienda adecuados a sus necesidades, titulación de terrenos o habilitación de suelo apto para construir las viviendas para esta población, que permitan a personas con discapacidad sin un empleo formal — que son la gran mayoría— acceder a una solución de vivienda.
Impulsar todos los ODS, muy particularmente el 10 y el 11, es fundamental para ofrecer la oportunidad de que las personas con discapacidad cuenten con una vivienda adecuada. Desde la sociedad civil hemos buscado opciones e intentado incidir en políticas públicas que coadyuven a la realización de este derecho: pugnar por otro México posible donde la vivienda sea símbolo de plenitud de derechos, de proyección de vida, de construcción de sueños, de seguridad y desarrollo, de afirmación, de identidad y declaración elocuente de que no hay sociedad sustentable si no hay justicia e igualdad.
Hay muy pocos mecanismos estructurales o programas institucionales que piensen en diseñar opciones (de financiamiento y apoyos económicos), para producir modelos de vivienda adecuados para esta población
VIDEOS: • Una vivienda adecuada para Ignacio - Hábitat para la Humanidad México https://www.youtube.com/watch?v=JC2i_e3oJig • Una vivienda adecuada para Emanuel - Hábitat para la Humanidad México https://www.youtube.com/watch?v=cmQWfy8f3JU • Una vivienda adecuada para Alberto - Hábitat para la Humanidad México https://www.youtube.com/watch?v=y6Q4MvjqPQY