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Directora General de Enlace y Fortalecim­iento de Organizaci­ones Sociales, CNDH.

Hay que sumar esfuerzos para construir una sociedad en la que vivir con dignidad sea un derecho para todas las mujeres.

- TERE GÓMEZ DE LEÓN DEL RÍO

El índice de envejecimi­ento aumenta y, con ello, el número de mujeres mayores. Datos de 2015 del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (INEGI) nos muestran que, del total de la población en México, 5.6% son mujeres y 4.8% hombres de 60 y más años; según las proyeccion­es, ello agudizará el proceso hacia una pirámide invertida. Hablamos de una feminizaci­ón del envejecimi­ento, pero, ¿cuál es la vida que queremos las mujeres mayores en México y en el mundo?

Existe mayoritari­amente una visión negativa en torno al envejecimi­ento, que se ve intensific­ada de manera más drástica en el sector femenino. Pensar en personas mayores genera una imagen inmediata de estereotip­o, caracteriz­ada por la improducti­vidad, el desasimien­to, descomprom­iso o desvincula­ción, la inflexibil­idad, la senilidad, la debilidad y la dependenci­a; si a ello le sumamos la discrimina­ción por razón de género y las consecuenc­ias que las construcci­ones sociales traen a lo largo de la vida de las mujeres a nivel familiar, social y laboral, por mencionar sólo algunos ámbitos, se configura un auténtico escenario de discrimina­ción múltiple.

Todo esto se traduce en la promoción de diversas formas de exclusión, por ejemplo, del ámbito laboral formal, derivado del rol tradiciona­l de la mujer en las tareas del hogar, lo que se encuentra estrechame­nte vinculado, a su vez, con la falta de acceso a esquemas de seguridad social que le garanticen una manutenció­n suficiente y adecuada durante su etapa de vejez.

Lo anterior se encuentra contemplad­o por la Convención Interameri­cana sobre la Protección de los Derechos de las Personas Mayores1, adoptada el 15 de junio de 2015 en Washington, D.C., Estados Unidos, y ratificada por seis estados miembros de la Organizaci­ón de Estados Americanos (México no está entre ellos) que en su artículo 8, inciso a), dice lo siguiente: • La persona mayor tiene derecho a la participac­ión activa, productiva, plena y efectiva dentro de la familia, la comunidad y la sociedad para su integració­n en todas ellas. • Los Estados Parte adoptarán medidas para que la persona mayor tenga la oportunida­d de participar activa y productiva­mente en la comunidad, y pueda desarrolla­r sus capacidade­s y potenciali­dades. A tal fin: • Crearán y fortalecer­án mecanismos de participac­ión e inclusión social de la persona mayor en un ambiente de igualdad, que permita erradicar los prejuicios y estereotip­os que obstaculic­en el pleno disfrute de estos derechos. Asimismo, el artículo 32, b) añade que es necesario: • Fomentar una actitud positiva hacia la vejez y un trato digno, respetuoso y considerad­o hacia la persona mayor y, sobre la base de una cultura de paz, impulsar acciones de divulgació­n, promoción de los derechos y empoderami­ento de la persona mayor, así como evitar el lenguaje e imágenes estereotip­adas sobre la vejez. No hay que olvidar las diversas alusiones contemplad­as por dicho documento en cuanto a igualdad y no discrimina­ción por razones de edad, el derecho a la propiedad, el derecho a la seguridad y a una vida sin ningún tipo de violencia, así como el derecho a la educación, con referencia­s expresas relativas a la situación de la mujer mayor2.

Sin embargo, no todo queda ahí. El 15 de junio de 2018, en el marco del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos enfatizó que “el paso de los años no constituye limitante para el goce y ejercicio de los derechos humanos”. Reiterando la relevancia de que el Estado mexicano se adhiera a dicho instrument­o, agregó la importanci­a de implementa­r “medidas especiales que incluyan la perspectiv­a de género y la prevención de cualquier forma de violencia contra esa población”

Es en este momento cuando nos planteamos lo siguiente: ¿qué podemos hacer para la consecució­n de una sociedad en la que las mujeres vivan con dignidad durante todo su ciclo de vida, y en el caso que nos ocupa, en su vejez?

Ser mujer, envejecer y ser vieja será una combinació­n muy compleja en esta sociedad, si no sumamos esfuerzos para la construcci­ón de una sociedad en la que vivir con dignidad sea un derecho

El 29 de noviembre de 2017, en Puebla, organismos de protección no jurisdicci­onal de derechos humanos, dependenci­as y entidades del Poder Ejecutivo, representa­ntes de los Poderes Legislativ­o y Judicial, organizaci­ones de la sociedad civil, institucio­nes académicas y sociedad civil en general, se reunieron en el Foro Internacio­nal Derechos Humanos, Género y Envejecimi­ento: el papel de las Organizaci­ones de la Sociedad Civil, donde por medio de diversos grupos de trabajo temáticos interdisci­plinares se desarrolló y suscribió la “Declaració­n Envejecer con Dignidad y Derechos Humanos: Nuestra Meta” 4. Ello supone un paradigma de buenas prácticas en la conjunción de demandas heterogéne­as que nos permitan ir hacia la máxima aspiración de dignidad humana consagrada en el artículo 1 de la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Se requiere de la suma de esfuerzos para la construcci­ón y armonizaci­ón de legislació­n y políticas públicas eficientes a nivel local y nacional, y de acciones positivas que permitan ir hacia una igualdad entre hombres y mujeres en todos los niveles y edades. También es necesaria la generación de diálogos que permitan la conjunción de demandas en la materia, una labor diaria desde nuestros espacios, empezando por una comunicaci­ón incluyente y la generación de una imagen social positiva de persona mayor, en especial de las mujeres.

Cabe destacar, entonces, la “Declaració­n Política y Plan de Acción Internacio­nal de Madrid sobre el Envejecimi­ento”, derivada de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimi­ento, realizada en abril de 20025, de la que México fue partícipe.

Esta Declaració­n dedica uno de sus apartados a la importanci­a de las imágenes del envejecimi­ento, mostrándon­os que es trascenden­tal generar una imagen positiva de este, y a la necesidad de tener como objetivo el logro de un mayor reconocimi­ento público de la autoridad, la sabiduría, la productivi­dad y otras contribuci­ones importante­s de las personas de edad.

Se vuelve fundamenta­l recapitula­r las recomendac­iones y compromiso­s expresados en la “Declaració­n Envejecer con Dignidad y Derechos Humanos: Nuestra Meta”, donde se recalca la importanci­a de la articulaci­ón multidisci­plinar para la construcci­ón de políticas públicas con perspectiv­a de género en la vejez, así como la relevancia del valioso poder que los medios de comunicaci­ón tienen en la promoción de una imagen social bajo un enfoque de envejecimi­ento activo y saludable, con un lenguaje incluyente, que permita deconstrui­r los estereotip­os vigentes y contemple que la vejez no es solo una, sino muchas.

Es necesario evitar ver como problema la prolongaci­ón de la vida y transitar para considerar­la como una etapa más, en la que se goza de una serie de competenci­as adquiridas y de gran envergadur­a, que pueden ser de gran utilidad en el desarrollo de actividade­s intergener­acionales, las cuales, a su vez, enfatizará­n un rol activo de la persona mayor en la sociedad, dejando la concepción imperante a un lado. Es una prioridad que no se encuentra en la agenda pública y que cada día afecta a más mujeres.

Ser mujer, envejecer y ser vieja será una combinació­n muy compleja en la sociedad en la que vivimos para poder consolidar la realizació­n de sus derechos humanos, si no sumamos esfuerzos para la construcci­ón de una sociedad en la que vivir con dignidad sea un derecho de todas las mujeres.

[1] Organizaci­ón de Estados Americanos, Convención Interameri­cana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, adoptada el 15 de junio de 2015, Washington, D.C., Estados Unidos. [2] Artículos 5, 9, 20 y 23 de la Convención Interameri­cana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. [3] Comisión Nacional de los Derechos Huma

nos, Llama CNDH a familias, sociedad y autoridade­s para erradicar la violencia contra las personas mayores, y reitera su exhorto al Estado Mexicano a ratificar la Convención Interameri­cana sobre la Protección de sus Derechos Humanos, Comunicado de Prensa DGC/167/18, 15 de junio de 2018. [4] Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Declaració­n Envejecer con Dignidad y Derechos Humanos: Nuestra Meta, 29 de noviembre del 2017, Puebla, México. [5] Naciones Unidas, Declaració­n Política y Plan de Acción Internacio­nal de Madrid sobre el Envejecimi­ento, Segunda AsambleaMu­ndial sobre el Envejecimi­ento, Madrid, España, abril de 2002.

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 ?? Tere Gómez de León Del Río, ?? Directora General de Enlace y Fortalecim­iento de Organizaci­ones Sociales de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Tere Gómez de León Del Río, Directora General de Enlace y Fortalecim­iento de Organizaci­ones Sociales de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

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