IGUALDAD SUSTANTIVA
MA. DE LA PAZ LÓPEZ BARAJAS
Urge un cambio para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y garantizar los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un plan de acción global, una hoja de ruta para los países, cuyo propósito fundamental es poner fin al hambre y la pobreza, eliminar las desigualdades y hacer frente a los desafíos ambientales. La adopción de los ODS requiere, para su cumplimiento, de la elaboración de una agenda política amplia de los gobiernos y de un compromiso de la sociedad en su conjunto. El propósito que plantea la Agenda 2030 implica no dejar a nadie atrás y avanzar poniendo el acento en la garantía y protección de los derechos humanos, bajo los principios de universalidad, interdependencia e indivisibilidad, es decir, un enfoque holístico con una visión transformadora de la vida de todas las personas. Se trata de poner en el centro a aquellas personas que han sido discriminadas, excluidas e ignoradas en las políticas públicas; en ese conjunto, las mujeres y las niñas están sobrerrepresentadas.
La Agenda 2030 establece una serie de compromisos con la igualdad de género, y reconoce que las desigualdades entre hombres y mujeres, así como las distintas formas de discriminación contra ellas y contra las niñas, se manifiestan en cada una de las dimensiones del desarrollo sostenible. De ahí que para alcanzar los objetivos buscados sea necesario considerar de manera integral y transversal sus derechos humanos, plasmados en la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), en nuestra Constitución y en la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres1.
En este sentido, la Agenda 2030 coloca en el centro el objetivo de lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas (ODS 5) con nueve metas que contemplan los desafíos más acuciantes en este terreno. Plantea, además, que el desarrollo sostenible solo será posible si sus frutos favorecen por igual a mujeres y hombres, es decir, si el derecho a la igualdad entre unas y otros se coloca en el centro de los esfuerzos de los Estados por proteger el planeta y garantizar que todas las personas puedan vivir con dignidad.
En este marco, la Agenda reconoce la indivisibilidad y la interdependencia de los derechos, así como las interrelaciones entre la igualdad de género y las dimensiones del desarrollo sostenible y, por ello, enfatiza en la necesidad de atender el resto de los objetivos incorporando, de manera transversal, la igualdad de género. En otras palabras, propone un enfoque integral para la implementación.
Reconocer el derecho a la igualdad de género es clave para garantizar que las mujeres y las niñas ejerzan otros derechos, y para que accedan a todos los beneficios de desarrollo sostenible. El Estado mexicano tiene no solo la responsabilidad de aprovechar el potencial transformador de la Agenda 2030 y garantizar los derechos humanos de las mujeres2; también tiene una oportunidad histórica. Si bien el compromiso se ubica en el más alto nivel político, el cumplimiento de todos los ODS depende de que este compromiso se materialice en acciones concretas y efectivas para eliminar la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas, así como en garantizar que todas disfruten plena y efectivamente de sus derechos. El desafío es la implementación; para ello se requieren, todavía, importantes reformas.
Si bien en el ámbito federal contamos con un andamiaje jurídico e institucional relativamente avanzado en materia de igualdad de género, este debe ser fortalecido en el ámbito estatal y municipal. Se requiere una transformación contundente que sustente las políticas públicas sin obviar los derechos humanos de las mujeres. Hoy en día, son pocas las entidades federativas que están a la altura de las reformas legales que se han realizado.
El desafío no es menor. Sin esas transformaciones, las políticas públicas y los programas presupuestarios serán producto de una voluntad política veleidosa y reactiva sin rumbo claro. Los tres órdenes de gobierno y los tres poderes del Estado están obligados a orientar la política nacional con la Agenda 2030, que no es otra que la de los derechos humanos, en donde los de las mujeres tienen un papel central.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible conformada por 17 objetivos (ODS) y 169 metas es un plan de acción que tiene por objeto fortalecer la paz universal y el bienestar de la población, en un marco de derechos humanos, sin dejar a nadie atrás
REFERENCIAS: [1] Véase: ONU-Mujeres, Hacer las promesas realidad: la igualdad de género en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, Nueva York, 2018. Pág. 14. [2] Los ODS, la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing materializan jurídica y políticamente este compromiso.