CONTRA LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA
ANA ISABEL VÁSQUEZ COLMENARES
Desde la Secretaría de la Mujer Oaxaqueña hemos trabajado intensamente en políticas y acciones con perspectiva de género e interculturalidad para atenuar esta situación.
Uno de los grandes aciertos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha sido el dinamismo de cada uno de los Objetivos, y la manera en que se interrelacionan para buscar un beneficio integral. Si bien el Objetivo 5 es la hoja de ruta para construir sociedades donde la igualdad de género sea una realidad, también sabemos que es importante no perder de vista el Objetivo 1, que se refiere al Combate a la Pobreza, pues como bien lo mencionan Rosa Cobo y Luisa Posada1: “…Patriarcado y capitalismo se configuran como dos macro-rrealidades sociales que socavan los derechos de las mujeres, al propiciar la redistribución de los recursos asimétricamente, es decir, en interés de los varones.” Esta es una realidad que aqueja particularmente a la región latinoamericana, y a México en ella.
Oaxaca es una entidad para la que este Objetivo representa un gran reto, al ocupar uno de los primeros lugares en cifras de pobreza a nivel nacional. Además, hay que mencionar que en nuestro estado confluyen otros componentes, como la multiculturalidad y la falta de conectividad, que presentan algunas regiones del estado debido a nuestra orografía, que abonan a la situación de marginalidad que viven muchas oaxaqueñas.
Desde la Secretaría de la Mujer Oaxaqueña hemos trabajado intensamente en políticas y acciones con perspectiva de género e interculturalidad para atenuar esta situación, orientadas a asegurar un piso parejo para ellas. Por ejemplo, en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (SEDESOH) y el Fideicomiso de Fomento para el Estado de Oaxaca (FIFEO), se ha instrumentado el programa “Crédito a la Palabra de Mujer”, mediante el cual miles de oaxaqueñas han podido emprender y/o fortalecer sus negocios. No solo eso: con el Instituto de Capacitación y Productividad para el Estado de Oaxaca (ICAPET) hemos impulsado cursos y talleres orientados a romper estereotipos y brindar capacidades técnicas a mujeres decididas a dar un paso más hacia su autonomía, en áreas tradicionalmente ocupadas por hombres.
Asimismo, con la participación de las 360 Instancias Municipales de las Mujeres que ya se han instalado en este sexenio, hemos organizado las “Ferias de la Sororidad”, con el objetivo de abrir nuevos espacios para la comercialización de productos y artesanías elaborados por oaxaqueñas en diversas comunidades.
Un tema de la mayor importancia es el acceso a la tierra. En Oaxaca, de cada 100 personas con derechos agrarios, 28 son mujeres. Fruto de un gran esfuerzo de cooperación internacional entre la Unión Europea, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y el Gobierno del Estado de Oaxaca, se impulsó durante 2017 y 2018 el Laboratorio de Cohesión Social, por medio del cual se promovieron los derechos de las mujeres al uso y disfrute de la tierra, con la implementación de políticas públicas en favor del adelanto de las mujeres en sus comunidades.
El proyecto permitió sensibilizar a ejidatarios y comuneros en asambleas de seis núcleos agrarios; ofrecer acompañamiento legal en juicios sucesorios para la protección del patrimonio de mujeres, y la revisión participativa de las normas comunitarias para incluir la perspectiva de género en los estatutos y reglamentos agrarios, destacando la experiencia de la comunidad zapoteca de San Bartolomé Quialana. Este modelo es replicable y promueve la cohesión social con un enfoque intercultural y de género.
El gran aporte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha sido el afirmar que el empoderamiento de niñas y mujeres es justo y conveniente para los estados y países, en pos de un desarrollo con rostro más humano, generador de paz social. En Oaxaca, este es nuestro horizonte.
El aporte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha sido afirmar que el empoderamiento de niñas y mujeres es justo y conveniente para los estados y países
REFERENCIAS: [1] Cobo Rosa, Posada Luisa. “La feminización de la pobreza” El País, 2006.