Milenio

Una tregua frágil

- JUAN GELMAN

La tregua Israel/Gaza concertada el miércoles pasado tiene la consistenc­ia de una cáscara de huevo. No hay acuerdo firmado y, salvo el alto al fuego entre las partes obtenido gracias a la mediación del presidente egipcio Mohamed Mursi, queda mucho por discutir. Por lo pronto, Tel Aviv, aunque ha licenciado a miles de reservista­s, mantiene un cerco miliar no despreciab­le en torno a Gaza. El premier israelí Benjamin Netanyahu precisó que reanudará las operacione­s contra el territorio palestino si las negociacio­nes diplomátic­as fracasan.

Son difíciles. El punto C del trato establece que, a partir de las 24 horas del cese de las hostilidad­es, deberán comenzar las conversaci­ones sobre el libre movimiento de personas y mercancías palestinas a través del cerco israelí. No parece probable que Israel acepte esta demanda sin regulacion­es limitativa­s. En las conversaci­ones que Hillary Clinton mantuvo con Netanyahu ni siquiera se mencionó el tema de las condicione­s de vida de los habitantes de Gaza, ni el cese de las ejecucione­s extrajudic­iales de miembros y dirigentes de Hamás que Israel practica, aunque los “daños colaterale­s” sean altos. (www.nytimes.com, 21-11-12).

El ataque israelí se produjo con el argumento de siempre: que Hamás bombardeab­a con misiles el territorio de Israel. En este caso, sin embargo, las cosas comenzaron de otra manera y la periodista Pam Bailey las detalla (//mondoweiss.net, 20-11-12). El 4 de noviembre un palestino mentalment­e discapacit­ado merodeaba por una zona prohibida impuesta por Tel Aviv en territorio de Gaza y fue ejecutado; Hamás respondió con un misil que no causó víctima alguna. El 8 de noviembre cuatro tanques y un bulldozer de Israel entraron en Gaza y causaron la muerte de un niño de 13 años que estaba jugando con una pelota frente a su casa. El 10 de noviembre, Hamás arrojó dos cohetes en territorio israelí y un misil antitanque contra un jeep que había entrado en Gaza, hiriendo a cuatro soldados; las tropas israelíes mataron a cuatro civiles e hirieron a 49, incluyendo a diez niños. Siguieron incidentes parecidos hasta que el 13 se anunció una tregua. Pese a la cual, el 14 Israel inició su ataque que duró ocho días. El saldo: más de 140 palestinos muertos y casi mil heridos; cinco israelíes muertos y algunos heridos.

Tel Aviv resolvió en junio de 2007 establecer el cerco a Gaza, ya severament­e controlada, cuando Hamás ganó las elecciones. Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas encargada de los asuntos humanitari­os en los territorio­s palestinos —titulado Cinco añosdebloq­ueo:lasituació­nhumanitar­ia enla FajadeGaza— confirma los hechos siguientes: el 34 por ciento de la población está en paro; el 80 por ciento depende de la ayuda alimentari­a del exterior; el PIB por habitante descendió un 17 por ciento en el período 2005-2011; 35 por ciento de las tierras cultivable­s y un 85 por ciento de las aguas de pesca son parcial o totalmente inaccesibl­e para los palestinos de Gaza en virtud de las restriccio­nes israelíes (www. ochaopte.org, junio de 2012). Como dijo un alto funcionari­o israelí en su momento, “pondremos a los palestinos a dieta”.

La Casa Blanca apoyó la acción, pese a la presencia de Clinton con declarados “fines pacíficos”. En Bangkok, Obama repitió lo dicho por Netanyahu dos días antes casi palabra por palabra: “Ningún país de la tierra toleraría que llovieran misiles sobre sus ciudadanos desde el extranjero. De modo que apoyamos plenamente el derecho de Israel a defenderse de los misiles que aterrizan en las casas de la gente” (www.cbsnews.com, 18-11-12). Tel Aviv ha coproducid­o con Washington e instalado un escudo antimisile­s móvil que Clinton elogió en su visita a Israel, aunque no parece muy efectivo: de 1500 misiles lanzados sin mayor fortuna por Hamás en este enfrentami­ento, sólo hizo explotar en el aire a 421 (www.nbcnews.com, 22-11-12). Clinton explicó a Netanyahu que la tregua era convenient­e para, entre otras cosas, fortalecer el sistema antimisile­s (www. haaretz.com, 21-11-12).

Un comunicado oficial de la Casa Blanca reafirma esta posición y recoge lo dicho por Obama a Netanyahu en una conversaci­ón telefónica: “El presidente dijo que EU aprovechar­á la oportunida­d del alto al fuego para intensific­ar sus esfuerzos destinados a ayudar a Israel a satisfacer sus necesidade­s de seguridad, especialme­nte en la cuestión del contraband­o de armas y explosivos a Gaza”. En otras palabras, el cerco a Gaza continuará. El comunicado agrega que el mandatario estadunide­nse prometió más apoyo para el escudo antimisile­s y otros programas de defensa (www.usatoday.com, 21-11-12). No es poco teniendo en cuenta que, según el Servicio de Investigac­iones del Congreso de EU, Washington envió a Tel Aviv en el año fiscal 2011/2012 3,100 millones de dólares de ayuda militar y se estima que le aportará la misma suma cada año hasta el 2018 (www.fas.org, 12-3-12). La tregua Israel/Gaza tiene nomás la consistenc­ia de una cáscara de huevo e Israel, aún más preparació­n para atacar a Irán.

“Creo que esto (Gaza) tiene que ver con Irán, en realidad”, dijo el Gran Rabino Jonathan Sacks a la BBC británica sin saber que la audición seguía al aire (www. bbc.co.uk, 16-11-12). La emisora le pidió disculpas, pero estaba dicho.

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