¿Es posible apagar internet?
En los últimos meses hemos sido testigos de cómo algunos países han sufrido desconexiones parciales o totales de la red, como el reciente caso de Siria, en donde el gobierno dejó sin servicio de internet y telefonía a prácticamente toda la nación.
Y uno se pregunta cómo es posible que una red electrónica que fue “diseñada” como un medio de comunicación resistente para enfrentar situaciones conflictivas y excepcionales como una guerra no pueda sobrevivir o se muestre tan frágil en los países de Medio Oriente.
Recientemente, Renesys ( goo. gl/ XqL5w) hizo un análisis de la resistencia que tienen las naciones a un apagón generalizado. De acuerdo con el mismo, la salud de una conexión depende del grado de descentralización que tenga internet en un país. En naciones en donde la conexión está severamente centralizada y reglamentada un apagón de la red es fácil de lograr.
De acuerdo con Renesys, en los países en donde existe una mayor cantidad de conexiones directas a internet ésta es mucho más robusta y difícilmente puede darse un bloqueo general. Renesys ha hecho un mapa donde ubica los países que cuentan con mayores conexiones directas o de enrutamiento hacia proveedores extranjeros de internet. De esa manera clasifica a los países en situación de mayor o menor riesgo de desconexión.
Un país que cuenta con una o dos conexiones directas a internet está en riesgo de desconexión, situación en la cual se ubican varias de las naciones que han sufrido últimamente el recorte global de internet. Entre dos y 10 conexiones hay un peligro significativo. Mientras que de 10 conexiones en adelante hay importantes riesgos. Si hay entre 10 y 40 conexiones quedarse sin red es poco probable; aquí se ubica a México entre varias naciones más. Por último están los países con más de 40 conexiones que son los extremadamente resistentes y en donde están Estados Unidos, Canadá, etcétera.
El texto y el mapa de Renesys muestran incoherencias y datos imprecisos, pero tal vez el mayor cuestionamiento está en pensar que la garantía de una conexión permanente está en el mercado y el número de conexiones, sin tomar en cuenta las cuestiones democráticas imperantes en un país o incluso en la misma fortaleza de los usuarios de esa tecnología para enfrentar un eventual apagón.