Angélica Rivera reaparece y roba cámara en Yucatán
La esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, apareció por primera vez en una gira oficial y robó cámara.
Después de un periodo en el que se mantuvo alejada de la escena pública, Rivera acudió a un acto en Mérida y logró en tiempo récord solicitudes de fotografías y reconocimientos por sus actuaciones en televisión.
La esposa del Presidente tomó de buen talante las peticiones y se acercó a cada grupo que solicitó posar con ella, incluso uno de turistas chinas, que se hicieron entender a señas y con un mal inglés.
Unos pasos adelante del Presidente, alteró la estructura del Estado Mayor Presidencial y pedía que le quitaran vallas metálicas que cercaban todo el centro histórico para acceder hacia donde se concentraba un grupo de mujeres vestidas de blanco que se desgañitaba como en campaña.
Rivera también se llevó un saludo cálido en la ceremonia: el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata, celebró que la primera gira oficial de la ex actriz fuera a Mérida y aseguró que él y su esposa la recibían con los brazos abiertos.
Cercanos, pero fuera de la lente, iban los secretarios de estado, el más reconocido fue el oriundo de Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín, titular de la Reforma Agraria, quien recibió porras y felicitaciones en lengua maya.
No ocurrió lo mismo con el de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, quien de pronto batallaba con los integrantes del Estado Mayor Presidencial para evitar los empujones de la pelotera típica de casi cualquier recorrido que el Presidente realiza a pie.
Otro de los que hizo sus primeras apariciones en público fue el hijo del mandatario federal. Casi siempre a lado de su padre y haciendo conversaciones breves con Angélica.
El presidente, en ambos discursos buscó presentarlo al público y pidió que se pusiera de pie, el joven lo hizo con un gesto tímido que su padre tomó con buen humor. “A nosotros como padres nos parece importante que los hijos noten la responsabilidad y que estén cerca, ellos no lo ven así, pero lo harán cuando tengan hijos”, explicó.
Después de los discursos y los protocolos fue inevitable la referencia al fin del mundo.
“Pues no se acabó”, dijo uno de los colaboradores del Presidente. “Lo que pasa es que nosotros nos refugiamos en Mérida”, respondió el alcalde de la ciudad.