Charrería en Estados Unidos
Siempre hemos manifestado nuestro gran reconocimiento hacia todos los mexicanos que practican el deporte de la charrería en la Unión Americana, porque prácticamente están solos contra el mundo, ya que se encuentran en otro país, con leyes y costumbres muy distintas a las nuestras, bajo el ojo de los activistas que terminantemente les prohiben derribar a los toros en las colas, o a las yeguas en las manganas tanto a pie como a caballo, otro impedimento es que, en algunos estados, el clima extremoso únicamente les permite charrear seis meses al año. Si a toda esta problemática sumamos un mal dirigente, pues esto sí que se complica, y lo digo porque hace unos días me llegó la información de que José Luis Ramírez está haciendo su luchita para que nuevamente sea nombrado Coordinador Nacional de Estados Unidos, por el nuevo Consejo Directivo de la Federación Mexicana de Charrería (FMCH), que encabeza Miguel Pascual. Hagamos un recuento de las acciones de José Luis Ramírez en su gestión. En el 2008 fue nombrado Coordinador Nacional de la Unión Americana, en su corto periodo recibió la cantidad de 40 mil dólares para la defensa de la charrería de Estados Unidos; esta cantidad fue aportada por los dos mil charros federados, es decir, cada uno dio 20 dólares. Posteriormente, ese mismo año, en una junta que se celebró en el estado de Colorado, se acordó que tendría que reembolsarlos, sin embargo, como por arte de magia, el dinero desapareció, siendo una de las causas de su destitución. No creo que este suceso ya lo hayan olvidado en la Unión Americana, y me pregunto, ¿tendrá la cara tan dura para presentarse ante la Charrería Organizada de aquellas tierras? Bueno, quizás aprovechando el espíritu navideño se lo pidió a Santa.
POR ÚLTIMO
A través de este medio informamos a nuestros lectores que el Museo Nacional de las Intervenciones, Ex convento de Churubusco, está presentando la pastorela Navidad en la Ciudad, Pastorela Musical Netamente Chilanga. La pastorela se escenifica en el huerto del museo, y está protagonizada por diablos actores, pastores más o menos normales, un pastor budista, una pastora que solo puede hablar en verso, diablos músicos en el infierno, ángeles músicos en el cielo y músicos perdidos en el limbo. Esta divertida obra está basada en el diario vivir de nuestro complicado Distrito Federal, donde los pastores se enfrentan con diferentes obstáculos para adorar al niño Jesús. Al término de la función podrá disfrutar de ricos tamales y atole que se repartirán entre los asistentes.