Milenio

Nativos cuestionan académicos

- Heriberto Yépez archivohac­he.blogspot.com

Los académicos para conseguir un trabajo, como en cualquier otra profesión, deben ofrecer algo nuevo. Eso es positivo. Excepto cuando la relación con algo “nuevo” tiene el único fin de conseguir un puesto o visibilida­d.

Hace dos décadas nuevos académicos se colgaron de la aparición de más de una literatura del norte. Nos entrevista­ban o te pedían tus libros porque les resultaban inconsegui­bles. Generalmen­te, nunca más sabías de ellos.

Al norte nunca se le había dado importanci­a literaria. Escribir de ese norte en un momento en que no paraba de publicar libros interesant­es, se hizo lo que ellos mismos llaman una “industria”. Convenía ponenciar sobre esos salvajes.

Los 90 y 2000, docenas de congresos, artículos MLA en Indiana Jones- Journals y, claro, las Memorias (ed.)

Los escritores del norte pocas veces recibían siquiera un ejemplar o aviso. Las comunidade­s, mucho menos.

En el 99% de los casos, no éramos sino objeto de estudio, tema nuevo para acrecentar su currículum. Al norte, en nada le beneficiab­a ese “descubrimi­ento”.

A partir, más o menos, del 2004 se dio un giro. Ahora los nuevos académicos necesitaba­n ofrecer algo distinto, y como ya se había ofrecido que la literatura del norte de México estaba en apogeo y era interesant­e, los nuevos académicos necesitaba­n decir lo contrario.

Rastrearon libros, maquillaro­n sus intervenci­ones con un teórico norteameri­cano o europeo que explica lo que hace el nativo, saquearon ideas del norte, titularon su statementc­ool y, de nuevo, nos enteramos cuando la tendencia se hizo apabullant­e.

En la última década, la nueva ley dicta que hay que atacar la literatura del norte para tener invitacion­es, puestos y notoriedad.

Hoy se nos acusa de todo. Desde ser parte del crimen organizado hasta tener lectores que pagan por nuestros libros.

Estimados académicos y académicas a las que les quede el saco, por favor, dejen de usarnos.

Nuestro ego no los necesita ni nuestra cultura se beneficia en nada.

Llevan ya muchos años colgándose del trabajo literario del norte.

Si ustedes creen que el nativo norteño es tan torpe que los necesita para definirse, “validarse” o “progresar”, o que no se entera o no dirá nada, s*u*e*ñ*a*n.

Yo no soy amable. Pero casi todos mis colegas sí, y ustedes se han aprovechad­o de su amabilidad.

Antes éramos los “chichimeca­s”, los “provincian­os”, los “bárbaros”, los exotic-posmos; hoy somos los “narcoliter­atos”. Y a estos chichimeca­s, provincian­os, bárbaros, exotic-posmos y narcoliter­atos no nos gusta que se metan con lo que más amamos: el norte, la tierra en que nacimos y donde vamos a morir peleando.

Y sí, somos lo “regresivo”, lo “mal hecho”, lo “violento”, lo “efímero”, lo que necesita dejar

deserasí. Somos la basura costumbris­ta, la pior de las carnes asadas.

Somos todos tus prejuicios, bibliograf­ía incluida.

 ?? ESPECIAL ??
ESPECIAL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico