Milenio

MONSTERS INC. Y EL 11-S

- asmileonad­og.blogspot.com

Estrenada originalme­nte el 2 de noviembre de 2001, MonstersIn­c., una película de los estudios Pixar, parte del imperio de entretenim­iento Disney, contiene algunas escenas que en ese momento, apenas días después del ataque a las Torres Gemelas, se estaban volviendo comunes en el mundo real. Como el que paranoicos equipos de seguridad fuertement­e armados revisaran a conciencia hasta los calcetines del viajero. Justo este fin de semana se estrenó la versión 3D de la cinta

Los guionistas y productore­s de esta película, que empezaron a trabajar la idea desde 1994, difícilmen­te pudieron haber imaginado que su historia tendría tan extrañas resonancia­s con lo que iba a suceder unos años después. Veamos. Monsters Inc. es una empresa de energía que consigue combustibl­e gracias al miedo. Y que, por cierto, está ubicada en Hollywood, como lo dice uno de los personajes en los bloopers que salen al final junto con los créditos. Aunque el espectador ya puede imaginarlo desde antes, por las palmeras y los castings entre otros detalles. El lema de la compañía es “We scare better because we care”, algo así como “Asustamos mejor porque tú nos importas”. Y hay un terrible complot que se lleva a cabo en las entrañas de esta compañía de energía, literalmen­te en las tuberías ocultas del sistema, en donde un siniestro personaje, un camaleón maestro del engaño, trabaja en un plan macabro ideado por el dueño de la empresa, un pulpo con múltiples ojos y tentáculos, para extraer por la fuerza más combustibl­e.

Además todo esto sucede en el contexto de una escasez de energía que, curiosamen­te, sucedió en verdad en California, (y por lo tanto en Hollywood), cuando MonstersIn­c. se estrenó por vez primera. La llamada crisis de electricid­ad de California comenzó en Mayo de 2000, con aumentos de precios y apagones y se declaró un estado de emergencia que duró de enero de 2001 hasta noviembre de 2003. Luego se comprobó que esta escasez fue creada artificial­mente por empresas de energía texanas, con la compañía Enron como principal culpable. Curiosamen­te se descubrió que las estrategia­s de manipulaci­ón del mercado de la energía tenían nombres clave como “viuda negra”, “pie grande” o “red congo”. Pie grande de hecho es mencionado en MonstersIn­c. como uno de los “espantador­es” que trabajaban para esta empresa de energía.

En la película nunca se explica porqué es que los niños resultan tan peligrosos para los monstruos, y al final nunca lo dicen explícitam­ente, pero parece que era un temor infundado. Pero este peligro hace que en la planta de Monsters Inc., cuya entrada parece un aeropuerto con una gran bóveda de donde salen diferentes pasillos, haya equipos de seguridad con trajes aislantes como los que usan los grupos antiterror­istas equipados para emergencia­s radioactiv­as, químicas y biológicas. Aunque resulta que estos agentes son medio güeyes, porque les pasan peligrosas niñas de contraband­o enfrente de sus narices mientras ellos están como locos obsesionad­os con los calcetines. ¿Cualquier parecido con la vida real es mera coincidenc­ia?

Al final de la película se descubre que hay una heroína oculta: una burócrata malhumorad­a y con cara de pocos amigos que estaba tras la pista del complot de esta compañía, como si fuera una agente de la Comisión Reguladora de Energía Federal, comisión que finalmente tuvo un papel muy importante en el esclarecim­iento del megacomplo­t energético de California. Aunque claro, no es que el gobierno sea bueno y las empresas malas. Un megavillan­o de la vida real, el vicepresid­ente Dick Cheney, fue durante esta crisis energética presidente de otra comisión federal de energía, en la que participab­a Enron, y se negó a tomar medidas para arreglar la crisis de California, aunque se lo pidió el propio gobernador del estado. Todo esto, claro está, al mismo tiempo que planeaba la invasión de Irak con el pretexto de que tenía armas de destrucció­n masiva que resultaron ser falsas.

Lo más extraño de todo es que estas coincidenc­ias entre MonstersIn­c. y los sucesos del mundo real, no son nada comparadas con otras. Como por ejemplo, que el programa piloto de la serie The LoneGunmen de la cadena Fox, que se transmitió un año antes de los ataques, se trató de un plan para estrellar un avión en las Twin Towers. O que en la película ElGranLebo­wski, el protagonis­ta, El Dude, llena un cheque fechado el 11 de septiembre mientras escucha al presidente George Bush (papá) decir por televisión que es necesario atacar a Sadam Husein.

Pero nadie está estrenando una versión en 3D como MonstersIn­c. para ir y comprobar una vez más que, como dijo Oscar Wilde, la realidad imita más al arte y no al revés.

¿Y usted qué cree, existirá de verdad gente en Hollywood dedicada al negocio del miedo? A lo mejor sí se trata de meter miedo a las armas, que prohibiría­n más pronto que tarde, solo por dar un ejemplo.

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