Episcopado denuncia la desaparición de sacerdote
Por primera ocasión la Conferencia del Episcopado Mexicano denunció la desaparición de un sacerdote: Santiago Álvarez Figueroa, integrante de la diócesis de Zamora, Michoacán, y exigió a las autoridades intensif icar las investigaciones para encontrarlo.
El joven sacerdote desapareció el pasado 27 de diciembre cuando se dirigía en automóvil desde Jacona hasta Paredones, cerca de la ciudad de Jiquilpan.
Al tomar el camino que conduce a su pueblo Paredones hizo una llamada telefónica cerca de las nueve de la noche a una religiosa, pero nunca llegó a su casa, donde ya lo esperaban sus papás y sus hermanos.
El sacerdote Álvarez Figueroa recibió la ordenación sacerdotal el 16 de diciembre de 2011, en una celebración que tuvo lugar en su pueblo, Paredones, del municipio de Jiquilpan.
Es uno de los tres sacerdotes que se dedican a la promoción de las vocaciones sacerdotales en las familias y en los ambientes juveniles y de adolescentes de la diócesis.
Las autoridades a las que compete la investigación han estado realizando su labor a partir del 29 de diciembre, fecha en la que se presentó la denuncia en la Subprocuraduría Regional de Justicia de Zamora, pero hasta hoy todo ha sido infructuoso: nada se sabe, indicó la diócesis. “¡ Por amor a Dios, devuelvan sano un hijo a su madre; un hermano a sus hermanos; un sacerdote a la comunidad; un promotor vocación a los adolescentes y jóvenes”, pide la diocésis a los responsables de la desaparición del padre Santiago.