La escasa o nula relación entre la UABC y la UNAM en Baja California
Resulta paradójico saber que existe una pobre relación entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en materia de docencia e investigación en el estado de Baja California. Al menos, esto es lo que se puede apreciar en el campus de Ensenada, específicamente entre el Centro de Nanociencias y Nanotecnología (CNyN) y la Facultad de Ciencias (FC).
Es inconcebible esta situación si consideramos que: 1) en el CNyN trabajan cerca de 40 investigadores, todos doctores en Física y miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dispuestos a impartir docencia y a colaborar en proyectos de investigación, 2) el CNyN cuenta con equipo de alta tecnología, que se puede utilizar para propósitos de docencia e investigación, 3) en la FC se imparten la licenciatura en Física y la maestría en Nanotecnología, y 4) algunos de los profesores de tiempo completo de la FC fueron formados por personal del CNyN.
Es del conocimiento público, y de sentido común, que las universidades públicas federales y estatales tienen la obligación moral de estrechar sus lazos académicos para hacer sinergia y con ello aprovechar de la manera más eficiente posible la infraestructura, el equipamiento y los recursos humanos con los que cuentan. Por estas razones, entre otras, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) incentiva que los investigadores nacionales impartan docencia en las licenciaturas y que se hagan redes de académicos que trabajen en proyectos de investigación comunes.
Por ello llama la atención el caso del Dr. Leonel Cota Araiza,
La UABC se ha convertido en un búnker, dado su poco interés en vincularse con otras instituciones, actitud que hace tiempo criticaba en la UNAM
académico del CNyN, quien hasta el primer semestre de 2012 había impartido clases durante 31 años consecutivos en la licenciatura de Física de la FC y, sin explicación alguna, simplemente no fue requerido para impartir su cátedra. Esta situación se agrava si consideramos que el Dr. Cota fue miembro y presidente de la Junta de Gobierno (JG) de la UABC, institución que en 2006 le otorgó el nombramiento de Doctor Honoris Causa, precisamente a solicitud de la propia FC, que ahora lo expulsa de sus aulas.
La explicación a este aparente sinsentido seguramente se puede encontrar en la postura crítica que adoptó el Dr. Cota, siendo miembro de la JG, en el pasado proceso de designación del rector de la UABC, donde se impuso al Dr. Felipe Cuamea Velázquez. El Dr. Cota no comulgó con la visión del grupo mayoritario dentro de la JG, que encabeza el Dr. Alejandro Mungaray Lagarda (actual secretario de Desarrollo Económico de Baja California), razón por la cual se le separó de este cuerpo colegiado, previamente declarado en sesión permanente, estando vigente el proceso de designación de rector, con la intención de designar a un nuevo miembro de la JG que favoreciera la postura a favor del Dr. Cuamea.
Parece ser, entonces, que las autoridades universitarias de la UABC están tomando represalias contra el Dr. Cota, y de paso están deteriorando la relación con la UNAM. Aunque no hay forma de ofrecer evidencias que soporten esta hipótesis, en los pasillos de la FC se comenta que la JG (léase Alejandro Mungaray) condicionó el reciente nombramiento del Dr. Juan Tapia, como director de esta facultad, a cambio de que no contratara al Dr. Cota como profesor de la asignatura que había impartido ininterrumpidamente por más de tres décadas.
Es triste saber que las autoridades universitarias de la UABC se manejan por intereses y vendettas personales, sin tomar en cuenta que limitan las oportunidades de los estudiantes de tener una mejor educación, así como las de sus propios académicos de tener una relación académica con la institución de educación superior de mayor prestigio en el país.
Qué lejos quedó la visión del ex rector de la UABC, Dr. Luis Lloréns Báez, quien describió a la UNAM como una especie de bunker que se construía cuando se instalaba en un estado, para que tiempo después abriera una pequeña ventanita desde la cual observaba por primera vez quiénes eran sus vecinos. Esta descripción caricaturesca se hacía en referencia al poco interés que se percibía por parte de la UNAM por vincularse con las universidades estatales, específicamente con la UABC. Ahora parece que es al revés: la UABC está cerrando sus puertas a la UNAM y se está convirtiendo en el bunker que tanto criticó, aunque por razones distintas a las académicas que en mucho se parecen a las relacionadas con las políticas del poder.