Príncipe de Asturias de las Artes para Michael Haneke
Aborda “con deslumbrante maestría aspectos sombríos de la existencia”, dice el jurado
El director, guionista y dramaturgo Michael Haneke fue distinguido ayer con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, por una obra de profundas raíces europeas que ha conseguido convertirse en un referente del cine actual y afronta con radical sinceridad los problemas individuales y colectivos.
Haneke, nacido en 1942 en Múnich, Alemania, pero criado en Austria, destaca por una “original y personalísima aproximación de radical sinceridad, aguda observación y extrema sutileza a problemas fundamentales que nos conciernen o afectan individual y colectivamente”, según expresa el acta del jurado.
Su presidente, José Lladó, fue el encargado de hacer público desde Oviedo el fallo del jurado, que destacó también la capacidad del cineasta de iluminar y diseccionar “con deslumbrante maestría aspectos sombríos de la existencia como la violencia, la opresión y la enfermedad”, los que afronta “con extraordinaria sobriedad formal, a la vez que abre espacios a la persistencia consoladora del amor, la confianza y el compromiso”.
La candidatura de Haneke, que se impuso por mayoría, fue propuesta por el embajador de Austria en España, Rudolf Lennkh, y apoyada por la ministra federal de Educación, Arte y Cultura de Austria, Claudia Schmied. “Me ha llamado el jurado y me alegro muchísimo. Me siento honrado también, porque el Príncipe de Asturias ya lo han recibido personas muy destacadas y es además un buen mensaje para el cine”, dijo Haneke a EFE en conversación telefónica desde Bruselas.
Haneke es el sexto galardonado con el Premio de las Artes procedente del mundo del cine, tras haberlo obtenido con anterioridad Luis García Berlanga, Fernando Fernán Gómez, Vittorio Gassman, Woody Allen y Pedro Almodóvar. El austriaco aseguró sentirse halagado de poder unirse a esta “buena compañía” de galardonados y, tras haber visto un video de la “impresionante” puesta en escena de la entrega de premios, garantizó que acudirá personalmente y con “mucha alegría” a recibir el reconocimiento, que se entrega en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo, en una gala presidida por el príncipe Felipe.
Con su última película, Amor, la historia de una pareja otoñal que se enfrenta a la cruda realidad de la enfermedad con la dignidad y el amor por medio, Haneke ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa y la Palma de Oro en Cannes.
También Lacintablanca, el retrato en blanco y negro de una familia con un padre pastor de almas de unos hijos aterrorizados, en el contexto de un pueblo cargado de prejuicios y de maldad, se llevó la Palma de Oro en Cannes. En este mismo certamen, su perturbadora cinta Lapianista, con una perversa Isabelle Huppert, consiguió el Gran Premio del Jurado, así como la Mejor Dirección con la desasosegante Caché.
El Premio de las Artes con el que fue distinguido hoy es el primero que se falla en la trigésimo tercera edición, galardón que reconoce a quienes han hecho una aportación relevante al patrimonio cultural de la humanidad.
El premio, al igual que los otros siete que concede anualmente la Fundación Príncipe de Asturias, está dotado con una escultura de Joan Miró, 50 mil euros (65 mil dólares), un diploma y una insignia.