Ingresa Garciadiego a la Academia de la Lengua
La pasión de Javier Garciadiego por la historia radica en dos elementos: por la parte familiar, una abuela le contaba sus experiencias vitales; era un ama de casa que nunca fue protagonista de nada, pero le tocó ver cosas y le platicó de la Ciudadela y de la Decena Trágica.
Por otra parte, estudió Ciencia Política en una época en la que el Estado mexicano no contaba con una legitimidad electoral sino más bien histórica, por lo cual como politólogo se metió en la historia para entender al aparato político mexicano.
Ahora es uno de los mayores especialistas en el periodo revolucionario, presidente de El Colegio de México, miembro de la Academia Mexicana de Historia y, desde anoche, de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), a donde llegó para ocupar una silla que habían tenido personajes de la talla de Ángel María Garibay y Ernesto de la Torre Villar. “En junio de 2011 recibí una llamada de don Ernesto de la Peña para pedirme autorización a fin de proponer mi nombre a la AML; me llamó la atención y le dije que no, y lo tengo por escrito, además. Le dije que no porque reconozco que soy un historiador al que le gusta producir textos legibles, pero me cuesta mucho trabajo hacerlo. Mi prosa no nace de manera congénita y natural”, dijo el historiador a MILENIO.
La reticencia se hizo a un lado cuando le comentaron que desde la fundación de la AML, los historiadores habían ocupado un lugar fundamental dentro de la institución, al grado que su discurso de ingreso tiene como protagonistas a Alfonso Reyes y José Vasconcelos. “Entender la Revolución mexicana es uno de los procesos más complejos de nuestra historia, pero siempre me he dado tiempo para las dos cosas: en el fondo considero que mi tema es historia sociopolítica de la Revolución mexicana y que los temas culturales son mi labor de diletante dentro de la historia.”
Al final, reflexionó Garciadiego, en Reyes y Vasconcelos hay unas divergencias “brutales”, desde los años del Ateneo hasta el día de su muerte; pero en un análisis comparativo de sus vidas y sus obras nos encontramos con un legado histórico vigente: “Gracias a Vasconcelos se ha puesto atención a lo cultural, mientras por Reyes reconocemos nuestro legado, sin prescindir de lo que tenemos de occidentales”.